Identifican variaciones en el ADN que apoyan la idea de que el proceso no sólo es cronológico
El estudio permitirá lograr formas más avanzadas de determinar las probabilidades de que una persona joven llegue a vieja más rápido que el promedio y sean más propensa a males de esa etapa
Martes 9 de febrero de 2010, p. 2
Pronto podría ser posible realizar una prueba genética de la velocidad con que una persona envejece en el curso de su vida, a partir de un estudio que por primera vez ha identificado en la población variaciones de ADN que podrían estar vinculadas con el envejecimiento biológico.
Científicos descubrieron que quienes heredan dos copias de una variante genética particular del ADN –alrededor de 7 por ciento de la población– muestran signos biológicos de ser unos ocho años mayores
que personas de la misma edad que no llevan ninguna de esas variantes.
Los hallazgos son importantes porque podrían conducir a formas más avanzadas de determinar las probabilidades de que una persona joven envejezca con mayor rapidez que el promedio, y por tanto esté más propensa a los padecimientos de la vejez, como enfermedades coronarias y demencia senil.
El estudio apoya la idea de que el envejecimiento no sólo se basa en la cronología y en factores ambientales (como fumar o beber en exceso), sino también biológicos: algunas personas nacen con una predisposición genética a envejecer con mayor rapidez.
Podría explicar por qué algunas personas parecen mayores que otras de la misma edad, aun cuando no realicen actividades de las cuales se sabe que aceleran el envejecimiento, como fumar o tener conductas violentas.
Análisis de cromosomas
Los individuos que han heredado una sola copia de la variante genética –más o menos la tercera parte de la población– son en promedio cuatro años mayores
que sus contemporáneos, según se revela al analizar sus cromosomas para detectar un signo reconocido de envejecimiento biológico.
Este estudio fue motivado por la evidencia, aportada por investigaciones sobre enfermedades coronarias, de que algunos octogenarios tienen arterias completamente normales, en tanto otras personas que apenas pasan de los 40 años, sin factores obvios de riesgo, tienen arterias enfermas. La diferencia parece ser biológica
, comentó Nilesh Samani, profesor de cardiología en la Universidad de Leicester. Existe evidencia acumulada de que el riesgo de enfermedades asociadas a la edad, como los males cardiacos y ciertos cánceres, se relaciona más de cerca con la edad biológica que con la cronológica
, indicó.
Los investigadores se enfocaron en la estructura de la punta de los cromosomas, llamada telómero, la cual se acorta progresivamente conforme la persona envejece. El telómero desempeña un papel esencial en la división celular y el envejecimiento, y se le ha comparado con las puntas de plástico que se ponen en las agujetas para que no se desmadejen.
Casi 3 mil personas de edades diversas tomaron parte en el estudio. A partir de muestras de sangre se midieron los telómeros y se analizaron sus genomas completos en busca de variaciones del ADN que pudiesen vincularse con telómeros más cortos que el promedio.
Los individuos nacen con telómeros de cierta longitud, que en muchas células se acortan conforme éstas se dividen y envejecen
, explicó el profesor Samani. Descubrimos que los individuos que llevan cierta variante genética tienen telómeros más cortos, y parecían biológicamente mayores.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya