Buenos Aires, 2 de febrero. La cancillería argentina citó hoy a la embajadora británica en Buenos Aires, Shan Morgan para entregarle una nota de “enérgica protesta" ante el anuncio de que Inglaterra inició una exploración petrolera al norte de las islas Malvinas, que Gran Bretaña ocupa colonialmente desde el siglo XIX.

Las perforaciones en busca de petróleo son analizadas como una severa provocación, ya que Argentina ha obtenido el apoyo de América Latina y otras naciones en el mundo, en su demanda de descolonizar de las islas ubicadas en zonas de la plataforma continental argentina.

En 1982, y aparentemente en una jugada política de Estados Unidos y Gran Bretaña se alentó al entonces presidente de facto, el general Leopoldo Fortunato Galtieri, y al resto de integrantes de la Junta Militar a recuperar las islas, lo que llevó a la guerra del Atlántico Sur con el desplazamiento de la flota británica.

Estados Unidos, y el dictador chileno, Augusto Pinochet, que aparecía como aliado en operaciones conjuntas con sus pares de la dictadura argentina, fueron claves para que Gran Bretaña se impusiera, aunque hubo resistencia, con una fuerte disparidad de armamentos y fuerzas locales.

En la nota el gobierno argentino rechaza firmemente la pretensión del Reino Unido de autorizar la realización de operaciones de exploración y explotación de hidrocarburos en el área de la plataforma continental argentina, y reiteró que se reafirman los derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, que forman parte integrante de su territorio nacional.

"Daremos todos los pasos necesarios para defender y preservar nuestros derechos”, sostuvo el canciller argentino, Jorge Taiana.

La nota destaca que "esta nueva acción unilateral británica se suma a la sucesión de acciones unilaterales británicas que llevaron al gobierno argentino, entre otras causas, a dar por terminada -desde el 27 de marzo de 2007- la Declaración Conjunta argentino-británica del 27 de septiembre de 1995 celebrada bajo fórmula de salvaguardia de soberanía sobre ‘Cooperación sobre Actividades Costa Afuera en el Atlántico Sudoccidental’, referida a exploración y explotación de hidrocarburos en el área sujeta a la disputa de soberanía”.

Asimismo, la protesta indica que esta nueva acción unilateral del Reino Unido es incompatible con lo establecido por las resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas que reconocen la existencia de la disputa de soberanía referida a la `Cuestión de las Islas Malvinas`.

La resolución 31/49 de la Asamblea General que insta a las dos partes a que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación mientras las islas están atravesando por el proceso recomendado en las resoluciones de la ONU.

Esta situación y las últimas denuncias sobre los intentos británicos de instalar una base militar en las islas en conjunto con Estados Unidos, despertó el rechazo de diversos sectores y movimientos políticos y sociales, que preparan movilizaciones y demandas de solidaridad internacional.