En la investigación titulada El papel del mercado bursátil en México, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados concluye que dicho mercado no ha sido fuente de financiamiento importante para las empresas mexicanas, y el valor de la bolsa como porcentaje del producto interno bruto es muy reducido, por lo que tiene una influencia limitada en el crecimiento económico de México.

El documento refiere que a partir de la década de los 80, las autoridades financieras pretendieron que el mercado bursátil proporcionara servicios financieros primordiales para influir en la movilización de los ahorros, en la asignación de los recursos, en el control corporativo, el manejo de riesgo y la facilitación del intercambio de bienes, servicios y contratos.

Además, se trataba de que las empresas mexicanas ejecutaran diversos proyectos de mejora y expansión, porque a una empresa se le puede financiar mediante la emisión de acciones u obligaciones, o títulos de deuda.

No obstante, el organismo de San Lázaro sostiene que al analizar la evidencia de las labores del mercado bursátil en México se concluye que pese al desarrollo de nuevos instrumentos financieros y el crecimiento del mercado secundario, que da soporte a las emisiones primarias, las empresas nacionales no pueden considerar a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) como alternativa de financiamiento, con todo y el fuerte crecimiento de la tenencia de valores de los inversionistas institucionales.

Asimismo, señala que la evolución del mercado bursátil mexicano ha sido insuficiente, ya que es muy reducido el número de empresas que se pueden beneficiar de eso, además de que la bursatilización descansa en un pequeño conjunto de acciones de gran tamaño, aun cuando dicha situación haya contribuido a aumentar el ahorro a largo plazo de los inversionistas institucionales.

Por lo que, con base en los indicadores de tamaño y liquidez, se llega a la conclusión de que el mercado bursátil no ha sido una fuente de financiamiento.