Tres intentos –dos del PAN y uno del PRI– para hacer comparecer ante la Asamblea Legislativa a Eduardo Santillán, jefe delegacional de Álvaro Obregón, para aclarar sobre el funcionamiento del Bar-Bar, tras la agresión que sufrió en ese lugar el futbolista Salvador Cabañas, se vieron frustrados ante los diputados del PRD. Sólo se aprobó pedir al servidor público un informe del caso.

Primero Rafael Pederzini, y después Juan Carlos Zárraga, ambos diputados panistas, utilizaron la tribuna para cuestionar la actuación del perredista, a quien acusaron de ser omiso y no hacer cumplir la Ley de Establecimientos Mercantiles.

A ellos se sumó Cristián Vargas, legislador del PRI, pero sin éxito, porque en las tres ocasiones el PRD desechó la petición, y en su lugar, a propuesta del diputado José Luis Muñoz Soria, se solicitó a Santillán que entregue un informe detallado del citado bar en un plazo de 96 horas.

Dicha situación causó enojo a panistas y priístas, quienes, después en conferencia de prensa, acusaron, sin ofrecer pruebas, que funcionarios de la delegación tienen parentescos familiares con diputados locales del sol azteca, por lo que a toda costa se trata de proteger a esa administración.

El perredista Leonel Luna consideró que de manera irresponsable se trata de confundir a la ciudadanía haciendo una interpretación errónea de la ley, tras señalar que el funcionario a actuado conforme lo permite la normatividad.

Para demostrar que la delegación no tiene nada qué ocultar, adelantó que se citará a comparecer a su titular la próxima semana, para que presente las pruebas de que se actuó conforme a derecho.