Desarrollan en el MIT nanopartículas que van a regiones específicas y liberan fármacos
Científicos diseñaron las primeras dirigidas a cardiópatas
Al colocarse en las zona dañada programan la posología del medicamento sin exponer otras partes del organismo a dosis altas
Viernes 22 de enero de 2010, p. 2
El día en que los pacientes puedan tragarse al médico
está un paso más cerca con el desarrollo de una nanopartícula microscópica que actúa como una píldora inteligente para llevar los fármacos a la región del organismo donde se necesitan y a la hora indicada.
Cada nanopartícula está hecha para dirigirse a una parte específica del cuerpo y liberar en forma controlada los fármacos durante cierto lapso. Son tan pequeñas que se pueden inyectar millones en el torrente sanguíneo sin dañar tejidos sanos.
Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) han diseñado las primeras nanopartículas dirigidas a las paredes de las arterias que rodean el corazón. Se enlazan específicamente a proteínas que sólo sobresalen del recubrimiento interno de estos vasos sanguíneos cuando están dañados.
Una vez que toman posición en las arterias enfermas, se programa a las nanopartículas para liberar pequeñas cantidades de fármacos durante varias semanas o meses y así ayudar a los pacientes cardiovasculares a recuperarse sin exponer otras partes del organismo a dosis mucho más altas de fármacos potencialmente dañinos.
Conferencia visionaria
Este avance ocurre 50 años después de una profética conferencia del brillante físico estadunidense Richard Feynmann, titulada Al fondo hay mucho lugar, en la que describía posibles avances en nanociencia que algún día podrían llevar a los pacientes a tragarse al médico
en forma de minúsculas píldoras robóticas que pudieran realizar cirugía interna bajo control autónomo.
El profesor Robert Langer, del MIT, quien en 2008 ganó el prestigioso Premio Milenio de Tecnología por sus innovaciones médicas, señaló que las pruebas iniciales llevadas a cabo en ratas de laboratorio sugieren que se pueden usar nanopartículas contra la ateroesclerosis y otras enfermedades inflamatorias cardiovasculares.
Es un ejemplo muy emocionante de nanotecnología y de ataque directo en las células, y espero que tendrá amplias ramificaciones
, comentó el profesor Langer. El estudio se publicó este lunes en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Cada partícula mide apenas 60 nanómetros de ancho –60 milmillonésimos de metro– y consta de tres capas. El centro contiene el fármaco en cuestión, ligado a una molécula de cadena larga o polímero. Una capa media, formada de materia grasa, separa este centro del recubrimiento externo de polímero que protege la partícula mientras se desplaza por el torrente sanguíneo.
Cada partícula está dotada de fragmentos de proteínas para reconocer y adherirse a las proteínas de los tejidos a los que está destinada.
Una vez que la partícula se ha fijado en las células, libera lentamente el fármaco que contiene. Los científicos indican que pueden programar la cantidad y duración de la liberación de la sustancia conforme al tratamiento.
Omid Farokhzad, de la Escuela de Medicina de Harvard, quien formó parte del equipo de investigadores, señaló que la inserción quirúrgica de dispositivos llamados cánulas o prótesis endovasculares (stents), los cuales mantienen abiertos los vasos sanguíneos, ya se ha utilizado para liberar fármacos lentamente.
En este caso hemos dado un gran salto adelante al desarrollar nanotecnologías que pueden hacer lo mismo sin técnicas de intervención, que por lo regular implican llevar al paciente al laboratorio de cateterización cardiaca, donde se colocan las cánulas
, explicó el profesor Farokhzad.
“Estas partículas se pueden administrar vía intravenosa y dirigirse al tejido vascular dañado. Según nuestra experiencia con las cánulas, sabemos que una vez que el fármaco llega y es liberado durante muchos días, da resultado.
“Estamos en las etapas iniciales de exploración de esta tecnología y esperamos que serán al menos dos años más de investigación y desarrollo antes de comenzar las pruebas clínicas. Esta técnica se puede usar para cualquier enfermedad en la que el daño o la permeabilidad vascular sea una parte comúnmente observada de la patología. En esta categoría entran casi todos los tumores sólidos y la mayoría de las enfermedades inflamatorias.
Es otro ejemplo del enorme impacto que la nanotecnología tendrá en la medicina. Se pueden diseñar terapias focalizadas y liberar los fármacos en forma programada, que va mucho más allá de los más avanzados enfoques actuales en lo referente a eficacia y seguridad
, concluyó.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya