Fue erigido en honor de la reina Berenice II, de la dinastía ptolomeica
Propuesta de diputado para comercializar piezas arqueológicas desata polémica en ese país
Miércoles 20 de enero de 2010, p. 6
El Cairo, 19 de enero. Un equipo de arqueólogos desenterró los restos de un templo erigido en honor a la reina egipcia Berenice II (269-221 aC), de la dinastía ptolomeica, y unas 600 estatuas en la zona de Kom al Dicca, en la ciudad portuaria egipcia de Alejandría, informa hoy la agencia de Patrimonio, en El Cairo.
Entre las figuras, realizadas en piedra caliza, bronce o cerámica, muchas de ellas sorprendentemente bien conservadas, llama la atención el gran número de representaciones de gatos.
En el antiguo Egipto, la diosa Bastet se representaba tradicionalmente con una gata.
Según la agencia de Patrimonio, entre las estatuas halladas hay una figura de granito con inscripciones en griego. La cual representa a un alto funcionario de la corte de Ptolomeo IV.
Berenice II (269-221 aC) fue una hija del rey macedonio Magas de Cirene, en la actual Libia. Su padre quería casarla con Ptolomeo III, pero tras la muerte de su padre, su madre, la reina Apama, decidió que se casara con el príncipe macedonio Demetrio.
Sin embargo, Demetrio, quien era apodado El Bello, fue víctima de una intriga palaciega antes de tener hijos con Berenice, quien lo mandó matar.
Demetrio murió en la habitación de Apama, de quien se había convertido en amante. Finalmente, Berenice se casó con Ptolomeo III, durante cuyo reinado se erigieron varios templos en Egipto.
Según los arqueólogos, el templo dedicado a Berenice en Alejandría tenía 60 metros de largo y 15 de ancho. No quedó mucho del edificio porque sus piedras fueron utilizadas luego para otras construcciones.
Hasta ahora sólo se conocían representaciones de templos en las que se veía a Berenice al lado de su marido.
La vida de Berenice también tuvo un final dramático. Su hijo mayor, Ptolomeo IV, quien se casó con su hermana Arsinoe III y aspiró al trono, hizo matar a su madre y a otros integrantes de la familia real por su inescrupuloso asesor Sosibios.
Actualmente hay polémica en El Cairo por una iniciativa del diputado Ahmed Ess. El magnate del acero, que pertenece al Partido Nacional Democrático del presidente Hosni Mubarak, propuso al Parlamento permitir el comercio con piezas arqueológicas dentro de Egipto.
El diario cairota Al Masri Al Yom de hoy informó que el ministro de Cultura, Faruk Husni, y el jefe de la agencia de Patrimonio, Zahi Hawass, criticaron duramente la iniciativa.
Hawass logró gran reconocimiento en su país en los años recientes por obligar a museos de Europa y Estados Unidos a devolver parte del patrimonio antiguo egipcio que había salido del país de manera ilegal.