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El abanderado de la derecha pone fin a 20 años de triunfos socialistas y democristianos

Se impone Piñera en la segunda vuelta electoral de Chile con 51.61% de votos

Frei admite su derrota

El ganador dice que un buen gobierno necesita una buena oposición

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Eduardo Frei felicitó a Sebastián Piñera (a la izquierda) en cuanto supo el resultado de la segunda vuelta electoral realizada ayer en Chile por la presidencia del paísFoto Reuters
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Los partidarios del empresario Piñera celebraron en las calles de Santiago la victoria de su candidatoFoto Reuters
Corresponsal y agencias
Periódico La Jornada
Lunes 18 de enero de 2010, p. 26

Santiago, 17 de enero. El empresario Sebastián Piñera Echeñique, abanderado de los partidos de derecha Unión Democrática Independiente y Renovación Nacional, venció este domingo al democristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle en la segunda vuelta de los comicios presidenciales y se convirtió en el mandatario electo de Chile por margen de 51.61 por ciento contra 48.38.

La victoria de Piñera marca el final de 20 años de gobiernos encabezados por los partidos de la Concertación por la Democracia, socialistas y democristianos, pero también significa el ascenso al poder del principal accionista de la aerolínea chilena LAN, dueño del equipo de futbol Colo-Colo y de la televisora Chilevisión, quien además durante su campaña ofreció incorporar a ex colaboradores de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), durante la cual conformó el emporio empresarial por el cual es conocido como el Berlusconi chileno.

Minutos después que el Ministerio del Interior informó del triunfo de Piñera –quien se opuso a que Pinochet fuera ratificado como presidente en un plebiscito de 1988– decenas de simpatizantes salieron a las calles de la capital chilena a celebrar con banderas del país, carteles del candidato vencedor y fotos y bustos metálicos del ex dictador.

La celebración comenzó en la avenida Alameda, la principal de Santiago, y de ahí se extendió a otras zonas urbanas con caravanas de automóviles que tocaron el claxon en todo momento.

Piñera prometió en su discurso de proclamación derribar muros que nos dividen y construir puentes de encuentro, ante 30 mil eufóricos seguidores reunidos afuera de su oficina de campaña.

Ésta es la primera vez en 52 años que un partido de derecha gana los comicios presidenciales en Chile, desde que Jorge Alessandri (hijo del ex presidente Arturo Alessandri, 1920-1925 y 1932-1938) alcanzó la jefatura de Estado en un proceso electoral.

Frei –hijo del fundador del partido Democracia Cristiana, Eduardo Frei Montalva, presidente de 1964 a 1970– reconoció su derrota menos de dos horas después de que cerraron las urnas, a las 16 horas de Santiago.

Sin mostrar amargura, Frei, presidente de 1994 a 2000, llegó a su casa de campaña en compañía de sus antecesores democristianos en la presidencia, Ricardo Lagos y Patricio Aylwin, como un símbolo de unidad.

Los resultados electorales dejan en claro la solidez de la democracia, dijo tras desear éxito a Piñera y expresar su voluntad de diálogo y respeto a las conquistas y libertades sociales.

Es sólo un alto en el camino, dijo Frei en referencia a las dos décadas de gobiernos de la Concertación, encabezados por los democristianos, salvo por el de la socialista Michelle Bachelet.

Chile es mucho mejor país que ayer, dijo. Estamos mucho más conscientes del valor de la democracia, de las libertades públicas y de los avances sociales para tener un país más solidario e incluyente, agregó Frei antes de declararse guardián, desde el Senado, de las conquistas sociales.

Lagos felicitó a Frei y pidió recordar que en 1990 los partidos de la Concertación recibieron un país con el alma quebrada, por lo que ahora, agregó, nos vamos con la frente en alto; nuestras ideas no han sido derrotadas y tienen más vigencia que nunca.

El ex presidente reconoció que los ciudadanos reclamaron algunas de las prácticas de los políticos de la Concertación, en alusión a las críticas de analistas y periodistas locales sobre la arrogancia con la que se desdeñó la elección interna del candidato de la coalición partidista y se designó a Frei desde la cúpula. La derrota de Frei ocurre en momentos en que Bachelet tiene 80 por ciento de popularidad.

Cuando Piñera apareció en su casa de campaña para declararse vencedor, se mostró conciliador con los opositores y tuvo un gesto de humildad ante Bachelet, al solicitarle públicamente sus consejos.

Para tener un buen país necesitamos no solamente un buen gobierno; también necesitamos una buena oposición, dijo Piñera al hablar ante Frei, minutos después de que el democristiano aceptó su derrota.

A media tarde, al conocerse el primer cómputo del Ministerio del Interior, con más de 62 por ciento de mesas escrutadas, se supo que provincias como Antofagasta y Coquimbo se pronunciaron por Frei. Sin embargo, la Región Metropolitana, con la mayor cantidad de electores en el país, fue donde obtuvo los mejores resultados una derecha que logró llegar a los comicios con un candidato único.

Bachelet llamó a Piñera para felicitarlo y para manifestarle su deseo de que en los próximos años Chile pueda seguir en la senda de progreso social.

Casado desde 1973 con Cecilia Morel, este economista doctorado en Harvard tiene cuatro hijos y nexos familiares con asesores de la presidenta Bachelet, ex colaboradores del dictador Augusto Pinochet y de la jerarquía de la Iglesia católica, entre otros.

La jornada electoral transcurrió sin mayores incidentes en este país de 17 millones de habitantes y ocho millones 300 mil electores, salvo por el bloqueo de una carretera en la región de la Araucanía a manos de indígenas mapuches, que reclaman autonomía y devolución de propiedades rurales ancestrales.

Un centenar de personas en Londres y otro tanto en París realizaron además una votación simbólica para demandar el establecimiento del voto fuera de las fronteras, donde habitan unos 800 mil chilenos.