El artista conceptual francés Daniel Buren (Boulogne-Billancourt, 1938) intervendrá en agosto próximo el Hospicio Cabañas, en Guadalajara, edificio de estilo neoclásico, diseñado por el arquitecto valenciano Manuel Tolsá, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997, que en 2010 celebra 200 años de haber entrado en funciones como albergue para huérfanos, personas mayores y desamparados. Desde 1983 es sede del Instituto Cultural Cabañas (ICC).

Todavía se desconoce el proyecto que presentará Buren, sin embargo, el galardonado del León de Oro en 1986, premio otorgado por la Bienal de Venecia, vendrá a México a principios de febrero para puntualizar las especificaciones de la intervención, adelanta a La Jornada Alicia Lozano, coordinadora de exposiciones del ICC.

Buren viajó a Guadalajara en 2009 y pasó tres días en el Hospicio Cabañas, lapso en el que “recorrió el edificio, tomó fotografías de todos los patios y lo observó a todas horas del día con sus diferencias de luz. Parece que nuestro edificio es totalmente simétrico, que los dos lados son completamente iguales, sin embargo, Buren notó todas las diferencias. Entonces se fue con la idea de desarrollar el proyecto, pero hasta el momento no se sabe nada.

Como el edificio no puede ser tocado, tengo entendido que envolverá o abordará de alguna manera pilares, o intervendrá techos de pasillos, o bien podrá poner algo en los patios, pero sin clavar o atar. Daniel conoce todas las restricciones que tiene este edificio por ser Patrimonio de la Humanidad, expresa Lozano.

–¿Cómo se dio el contacto con Daniel Buren?

–Por medio del galerista Hilario Galguera, con quien tengo una buena amistad. Cuando Hilario llevó la exposición del pintor Daniel Lezama al Museo de Arte de Zapopan, me platicó que venía este artista y de su amistad con él. De inmediato le dije: ‘tal vez le interese conocer el Cabañas’, a lo que contestó Hilario que estaría muy bien.

Atractivos estéticos

A Buren sí le interesó, porque en su viaje visitó algunos espacios en la ciudad de México y Puebla, luego se fue a Guadalajara y “le gustó muchísimo el lugar. Entonces, decidió que sí haría una pieza acá. Claro, le dijimos que para nosotros sería muy importante por ser celebratoria. El Cabañas cumple 200 años de abierto al público como hospicio, mientras, por otro lado, están los festejos del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución.

Como edificio sería importantísimo que fuera intervenido por un artista de la envergadura de Daniel, quien además le da otro atractivo aparte de la arquitectura de Tolsá. Tenemos los extraordinarios murales de José Clemente Orozco y tendríamos una pieza de Buren.

–¿Sería una obra efímera?

–María Inés Torres, directora del ICC, le dio toda la libertad de proponer, porque probablemente si hace una intervención que no afecte, y sea discreta, y en algún techo, nosotros la podríamos dejar bastante tiempo. No tendríamos ningún inconveniente. Le dimos la libertad de que, con relación al diálogo que establezca con el edificio, sea la naturaleza de la propuesta. La propuesta misma tendrá que decir qué tan perecedera será.

En 1986 Buren creó una escultura, su obra más célebre, de 3 mil metros cuadrados en el gran patio del Palais Royal, en París, Les deux plateaux, conocido como las columnas de Buren, que provocó un intenso debate sobre la integración de arte contemporáneo y edificios históricos. Hace dos años el artista planteó su destrucción, “por considerar que su estado de degradación, al no haber sido restaurada durante años, hace que esté ya ‘medio destruida’”. (4/I/2008, La Jornada)

A partir de 1965, Buren emplea en su trabajo franjas alternadas de blanco y de color, siempre con un ancho de 8.7 centímetros, de allí que luego le llaman el tipo de las rayas. Hace ocho años Buren montó la exposición Selección 2. Cabañas estalladas 2000. Trabajo situado, en el Laboratorio Arte Alameda.

En esa ocasión, Buren habló con La Jornada sobre las protestas de sus comienzos: No había museos ni galerías interesantes. Todo era muy conservador y era muy difícil para los jóvenes artistas encontrar un modo de trabajar o de exhibir fuera de lo que en ese tiempo llamábamos el salón. Utilizamos los sitios existentes para estallarlos y así ejercer una fuerte crítica contra aquella situación tan débil.

El Hospicio Cabañas espera una gran intervención de Buren.