Santiago, 12 de enero. El relator especial de Naciones Unidas para los asuntos indígenas, James Anaya, criticó hoy la situación del pueblo mapuche en Chile al señalar que tiene raíces históricas y dimensiones estructurales, y afirmó que existe una frustración de la gente de esa etnia por no ver sus demandas atendidas”.

Apuntó que el gobierno de Michelle Bachelet ha empeñado un esfuerzo especial, pero subrayó que son necesarios avances mayores. Parece haber un constante ciclo de violencia, alertó Anaya, y destacó que los niños mapuches han sido objeto de atropellos en operaciones represivas masivas en las zonas rurales del sur del país, cuando deben recibir protección del Estado.

La presidenta Bachelet formuló un mea culpa histórico al recibir en esta capital los restos de cinco indígenas de la etnia kawésqar, que fueron sacados a la fuerza del país en 1881 para ser exhibidos en zoológicos humanos en algunas ciudades de Europa.

Criticó la complicidad de las autoridades de la época con estas expediciones infrahumanas y la desidia frente a tales abusos.

La mandataria enfrentó protestas en la inauguración del Museo de la Memoria y Derechos Humanos para recordar a las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet, cuando un grupo de indígenas encabezado por dos mujeres le reclamó la libertad de los presos políticos mapuches que luchan en el sur del país andino por tierras ancestrales.

Bachelet emprendió una nueva ofensiva en aras de concitar el respaldo de los indecisos en favor del oficialismo para la segunda vuelta electoral del domingo, al advertir que no da lo mismo quién gobierne al país para asegurar la protección social y una educación pública de calidad.

Dijo que así quedó de manifiesto en el debate televisado la noche del lunes entre el candidato Eduardo Frei, de la gobernante Concertación, frente al candidato puntero de la derecha, Sebastián Piñera, pues allí se mostraron claramente las diferencias.

Aun cuando Piñera continúa siendo el favorito para ganar, según los sondeos de opinión, el empresario fue agredido con agua y abucheado cuando se presentó en un mercado de abastos en el centro de Santiago, donde le gritaron ¡ladrón, asesino!