La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) confirmó ayer que las condiciones climatológicas eran adecuadas para el vuelo del helicóptero en el que viajaban cuatro integrantes de la familia Saba, el cual se desplomó el pasado domingo en la zona de San Lorenzo Acopilco, de la delegación Cuajimalpa. Destacó que la aeronave se salió de la ruta y volaba a baja altura en los minutos previos a la caída.

En rueda de prensa, la dependencia federal presentó información preliminar sobre lo ocurrido, aunque declinó descartar al factor climático o una presunta impericia del piloto como causas del accidente, en el que murieron el empresario Moisés Saba Masri, su esposa Adela Tuachi, su hijo Alberto Saba Tuachi y su nuera Judith Cattan de Saba, así como el piloto Armando Fernández.

El titular de la Dirección General de Aeronáutica Civil, Héctor González Weeks, sostuvo que los aeropuertos de Toluca, de donde despegó el helicóptero Augusta, modelo A 109E, matrícula XA-LSA, y de la ciudad de México, registraron niveles aceptables de visibilidad, aun por arriba de la norma internacional.

Acompañado de Agustín Arellano, director de Servicios a la Navegación y el Espacio Aéreo Mexicano, dijo que momentos antes del desplome la aeronave desvío la ruta y volaba por debajo de la altitud registrada en su plan de vuelo.

Sobre el accidente, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) inició una averiguación previa por el delito de homicidio imprudencial, informó el titular de la dependencia, Miguel Ángel Mancera Espinosa, quien aclaró que serán los peritajes los que señalen si se trató de un error humano o las condiciones climatológicas las que ocasionaron la caída del helicóptero y así determinar si hay responsabilidades penales.

En entrevista, el funcionario señaló que se está a la espera de que la Procuraduría General de la República (PGR) ejerza su facultad de atracción, aunque, indicó, la institución a su cargo ya solicitó los resultados del peritaje realizado por Aeronáutica Civil.

En tanto, la muerte de Moisés Saba provocó sorpresa y dolor en Israel, especialmente en el seno de la comunidad judía ultraortodoxa, donde la familia del empresario es muy respetada y admirada, informó la agencia de noticias Notimex.

Arieh Deri, ex ministro de Interior y ex dirigente del movimiento ultraortodoxo sefardí Shas, amigo íntimo de Moisés Saba, señaló que es una gran tragedia. Una enorme pérdida para la comunidad judía, para Israel y para México.

A mediados de 2003, Moisés Saba hizo pública su intención de comprar 49 por ciento de las acciones del Canal 10, la segunda cadena privada israelí. Saba se comprometió a invertir más de 20 millones de dólares para tener voz y voto en ese medio de comunicación; sin embargo, retiró su oferta al comprobar que no podía imponer una de sus principales condiciones: que el canal no emitiera los sábados, es decir, en Shabat, el descanso semanal y sagrado del judaísmo.