Con la encomienda de fortalecer el gobierno de Clara Brugada en Iztapalapa, consolidar el de Marcelo Ebrard en el gobierno central y trabajar unidos para impedir la continuidad del PAN y el regreso del PRI en las elecciones presidenciales de 2012, el PRD en el Distrito Federal dio por cerrado todo un año de confrontaciones internas que tuvieron su epicentro en esta demarcación con un acto ante unas dos mil personas en el que líderes del bloque de Izquierda Unida (IU) y de Nueva Izquierda (NI) compartieron el pan y el chocolate.

Brugada Molina, entre los invitados al acto denominado “rosca por la unidad de Iztapalapa –al que asistió en representación del GDF el subsecretario de Programas Delegacionales, Héctor Serrano Cortés–”, advirtió, sin embargo, que la unidad del partido se tiene que construir desde abajo, no bastan acuerdos cupulares, se necesita una reconstrucción democrática del PRD.

Abajo, entre la gente reunida en la explanada del Jardín Cuitláhuac, midieron fuerzas las huestes del secretario general del PRD-DF, Jesús Valencia, y las del diputado local Carlos Augusto Morales, de NI.

El presidente del PRD capitalino, Manuel Oropeza, ofreció desde la dirección del partido poner todo su empeño en consolidar la unidad perredista: vamos a trabajar intensamente para derrotar a la derecha en el año 2012; no queremos la continuidad del PAN, no queremos el regreso del PRI con ese individuo que gobierna el estado de México (Enrique Peña Nieto) y para eso es la unidad, para hacer realidad los compromisos con la gente y para garantizar que haya un cambio en el país.

Unas dos mil personas asistieron al evento “político-cultural –como lo llamó la mujer a cargo de la conducción–”, organizado por el secretario general del PRD-DF, Jesús Valencia, y que contó con la presentación de actores del programa La Familia Peluche, de Televisa, para amenizar la llamada reconciliación perredista y que estuvo marcada por el inclemente frío invernal.