Viernes 8 de enero de 2010, p. 8
La Confederación Nacional Campesina (CNC) y la Central Campesina Cardenista (CCC) aseguraron que participarán en la marcha contra la carestía y en favor del empleo del próximo 29 de enero, junto con la Unión Nacional de Trabajadores.
Es la continuidad de la lucha por los marginados, asentaron los dirigentes de ambas organizaciones, y adelantaron que las demandas son: cambio de modelo económico, creación de un consejo nacional socioeconómico y un acuerdo político nacional.
Cruz López Aguilar, dirigente de la CNC, apuntó que si bien se logró un buen presupuesto para el campo de 269 mil millones de pesos, es insuficiente. El trabajo debe orientarse a la inversión en infraestructura, fortalecimiento de las capacidades humanas, constitución y consolidación del fomento productivo, creación de empresas rurales generadoras de riqueza y en un aprovechamiento racional de los recursos naturales. Asentó que en las protestas del año pasado se demandó la creación de una reserva alimentaria para dejar de depender de las importaciones, pero el gobierno no ha tomado en cuenta este llamado y ahora hay casos en los que se importa entre 80 y 90 por ciento de los requerimientos nacionales, como en trigo, sorgo, arroz.
Dicha situación se agudizará con la disposición de eliminar barreras arancelarias en varios agroproductos; eso es apostarle a las importaciones y dejar de respaldar a los campesinos. Antes de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte se importaba 18 por ciento de la demanda interna de alimentos, ahora el promedio es de 50 por ciento
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Max Correa Hernández, líder de la CCC, dijo que el pleno del comité nacional de la organización aprobó acudir a la marcha y continuar las protestas el 8 y 10 de marzo en los municipios y capitales del país para exigir creación de empleos rurales e impulso a la producción agropecuarias para lograr la soberanía alimentaria.
Asentó que desde la firma del Acuerdo Nacional para el Campo se ha propuesto al gobierno crear una reserva estratégica de grano. La sequía del año pasado y las advertencias sobre los efectos en la agricultura del cambio climático tienen que llevar al gobierno a tomar una decisión positiva; éste es un asunto de seguridad nacional que no se debe continuar eludiendo.