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Las autoridades acusan al talibán del bombazo en la localidad de Shah Hasan Khan

Mueren al menos 88 paquistaníes en atentado perpetrado por un suicida

Virtualmente paralizada Karachi por llamado de líderes para protestar contra la ola de violencia

Anuncia la ONU que retirará de Pakistán a algunos funcionarios por la situación de inseguridad

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Uno de los 37 heridos es atendido en el hospital de Bannu. A la derecha, protesta antiviolencia en KarachiFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 2 de enero de 2010, p. 16

Islamabad, 1º de enero. Al menos 88 personas murieron hoy y 37 resultaron heridas en un atentado perpetrado por un atacante suicida con coche bomba durante un partido de voleibol en el noroeste de Pakistán, en lo que fue uno de los ataques más sangrientos de las últimas semanas en el país asiático, en donde desde hace dos años y medio una ola de atentados ha dejado más de 2 mil 800 muertos.

El jefe de policía del distrito, Mohammad Ayub Khan, declaró que el balance de víctimas era de 88 muertos y 37 heridos, y señaló que seis niños y cinco soldados figuran entre los fallecidos.

Añadió que más de 20 viviendas de ambos lados del terreno de voleibol se derrumbaron por la onda expansiva de la explosión. Retiramos todos los cuerpos que estaban debajo de los escombros de las viviendas destruidas.

El ataque se produjo en el pueblo de Shah Hasan Khan, distrito de Bannu, vecino de Waziristán del Sur, una zona tribal fronteriza con Afganistán en donde el ejército paquistaní combate actualmente a los talibanes aliados de Al Qaeda, que en represalia cometen numerosos ataques suicidas.

“Los habitantes del pueblo estaban viendo un partido entre dos equipos de esa localidad cuando el atacante llegó manejando un vehículo todoterreno que precipitó sobre ellos e hizo estallar”, relató el jefe de la policía del distrito. Unas 200 personas asistían a la contienda, según la policía.

Una reunión del comité local antitalibán se desarrollaba en la mezquita situada justo al lado del campo de voleibol, cuando se produjo el ataque, indicó Mushtaq Marwat, miembro de ese grupo, al canal de televisión local Geo.

Khan y otros responsables policiales acusaron a los talibanes de haber perpetrado el atentado.

La policía y el ejército lanzaron el año pasado una operación contra los talibanes en Bannu y declararon el distrito, unos meses después, totalmente seguro.

El primer ministro Yusuf Raza Gilani condenó el ataque al afirmar en un comunicado que tales actos no pueden debilitar la resolución del gobierno para combatir la amenaza terrorista hasta que sea totalmente eliminada.

Por otro lado, la capital comercial de Pakistán, Karachi, virtualmente dejó de operar este viernes ante el llamado de líderes políticos y religiosos a una huelga para protestar por la ola violencia, luego que un atacante suicida dejó esta semana 43 muertos en una procesión de fieles islámicos.

Los talibanes se atribuyeron la responsabilidad del ataque del lunes en la procesión religiosa en el momento culminante de la Ashura, uno de los eventos importantes del calendario musulmán chiíta. Amenazaron con más matanzas.

La posibilidad de mayor violencia llega en un duro momento para el presidente paquistaní Asif Ali Zardari, quien enfrenta presión política por cargos de corrupción contra algunos asesores.

Al hacer una visita a Karachi el viernes, el ministro del Interior, Rehman Malik, afirmó que grupos militantes están perjudicando a Pakistán, país que Estados Unidos apoya con el fin de estabilizar al vecino Afganistán, donde soldados occidentales combaten a los insurgentes talibanes.

Las calles de Karachi estaban casi vacías este viernes y la bolsa que normalmente opera en el primer día del año estaba cerrada.

En una señal de la creciente preocupación por la seguridad, la Organización de Naciones Unidas (ONU) retirará a algunos funcionarios de Pakistán, declaró Ishrat Rizvi, una vocera del organismo.

Rizvi afirmó que la reubicación fue decidida debido a la situación de seguridad y protección, y la seguridad de los miembros del personal es altamente importante para Naciones Unidas.

La portavoz señaló que la decisión no pondría fin a ningún proyecto de la ONU en Pakistán.

La ola de atentados que sacude a Pakistán desde hace unos dos años y medio se aceleró desde octubre pasado, cuando el ejército gubernamental lanzó una ofensiva militar terrestre contra los talibanes en Waziristán del Sur, bastión del Movimiento de los Talibanes Paquistaníes, que juró fidelidad a Al Qaeda.