Ciudad Juárez, 1º de enero. Desde noviembre pasado las autoridades migratorias de Estados Unidos deportaron a 6 mil 200 indocumentados mexicanos por la frontera de Ojinaga, cuyos gastos de alimentación, hospedaje y transporte de regreso quebrantan las arcas públicas municipales, informó el alcalde panista César Carrasco Baeza.

Otro problema resultante del programa iniciado hace 59 días por las autoridades migratorias estadunidenses, dijo, es que 12 por ciento de los deportados decide permanecer en Ojinaga –la mayoría en espera de cruzar otra vez la frontera– con lo que tiene lugar un sostenido aumento de la población flotante que hace crisis en esta cabecera municipal de 18 mil habitantes.

Son un problema los que llegan y se van; y los que permanecen también, pues el ayuntamiento debe destinar fondos a un fideicomiso para sufragar hospedaje, alimentación y boletos de regreso a sus lugares de origen (incluso hasta Yucatán); y vérselas con el impacto socioeconómico de la creciente población flotante, explicó el edil.

En el programa de Repatriación Lateral, abundó, las autoridades migratorias estadunidenses reúnen a los hombres de 18 a 50 años que no tengan problemas de salud entre los indocumentados detenidos en otras zonas fronterizas, y deportan a cien diarios entre 5 y 7 de la mañana por Ojinaga para que no intenten regresar, tras lo cual se hace cargo de ellos el DIF municipal.

Carrasco Baeza también reprochó a quienes dicen que cien personas no son nada en comparación a los deportados por Ciudad Juárez, pues Ojinaga, expresó, no cuenta con infraestructura, programas, empleo, economía, turismo ni otros beneficios equiparables a la citada urbe.