Buenos Aires, 28 de diciembre. Una pareja argentina se convirtió hoy en el primer matrimonio homosexual de América Latina, tras haberse casado en la ciudad más austral del mundo para sortear una prohibición judicial que les impidió hacerlo en Buenos Aires.

Alex Freyre, de 39 años, y José María di Bello, de 41, sellaron su unión en Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del Fuego, gracias a un permiso que les otorgó la gobernadora Fabiana Ríos.

Sabemos que inspira a miles de parejas gays y lesbianas (...) No íbamos a parar nunca hasta casarnos, declaró Freyre a Reuters.

La televisión mostró reiteradamente las imágenes de Freyre y Di Bello, quienes acudieron a la cita con un gran lazo rojo –símbolo de la lucha contra el sida– alrededor del cuello.

Acá, desde el fin del mundo, o el principio, iluminamos a todos, dijo Di Bello a reporteros poco después de la ceremonia.

Estamos sumamente emocionados y felices por lo que esto significa para todos los gays y lesbianas de Argentina, añadió.

En noviembre, un juez de la ciudad de Buenos Aires había concedido una licencia de matrimonio a la pareja, contrariando una política nacional que define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.

Pero un juez federal ordenó suspender esa ceremonia, así que la pareja viajó a Tierra del Fuego, donde obtuvo la residencia local y luego la aprobación de la gobernadora, afirmó Claudio Morgado, presidente del Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo.

Argentina fue el primer país latinoamericano que permitió uniones civiles de parejas homosexuales, en 2002.

Las uniones civiles en Buenos Aires y otras ciudades otorgan a parejas gays algunos derechos matrimoniales, pero no el de adoptar.

Riesgo de arresto en Malaui

Lilongüe. Dos hombres se convirtieron en la primera pareja gay de Malaui que se casa públicamente, informó el periódico The Nation, con lo que se arriesgan a ser arrestados en el conservador país africano, donde la homosexualidad es ilegal.

Tiwonge Chimbalanga y Steven Monjeza se casaron el sábado en una ceremonia tradicional, pero simbólica, atrayendo a centenares de curiosos.

Nos conocimos en la iglesia donde ambos rezamos. Llevamos juntos los pasados cinco meses. Nunca me ha interesado una mujer, declaró Monjeza al diario.

La homosexualidad está prohibida en Malaui y conlleva una pena máxima de 14 años de cárcel.

La ley en Malaui no permite tales prácticas, por lo cual la ley tendrá que seguir su curso, aseveró la fiscal general, Jane Ansah.

No obstante, la lucha contra el sida cambia poco a poco la posición oficial contra los gays.

El gobierno hizo su primera referencia pública a la homosexualidad en septiembre, cuando afirmó que debían reconocerse los derechos de los gays para ayudar a combatir el sida.