Para un país con casi 55 millones de personas en la pobreza y que este año perdió más de 400 mil empleos formales, un crecimiento de 3 por ciento en 2010 será insuficiente, advirtió la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

El presidente del organismo, Gerardo Gutiérrez Candiani, recordó que este año fue uno de los más difíciles en la historia reciente de México, por lo que un aumento de 3 por ciento del producto interno bruto (PIB) el año próximo no basta para corregir la caída constante y pronunciada de la competitividad o el riesgo de inestabilidad económica por la debilidad de las finanzas públicas.

En su mensaje semanal, el dirigente patronal expresó que México enfrentó en 2009 la peor recesión económica internacional en más de 60 años y una caída dramática de los ingresos petroleros, que en los primeros 10 meses del año fueron casi 50 por ciento inferiores a los del mismo periodo de 2008.

Añadió que la epidemia por el virus A/H1N1 paralizó durante semanas las actividades en áreas como la educación y el turismo, y al mismo tiempo el país padeció niveles de delincuencia y violencia sin precedente, con más de 7 mil muertes relacionadas con el crimen organizado.

Todo esto hizo que México sufriera la caída más abrupta de su PIB desde la época de la Revolución. Muy pocos países tuvieron un saldo anual económico tan negativo como el nuestro, de menos 7 por ciento, indicó.

Aunado a ello, recalcó, en 2009 se confirmó que el sistema político del país necesita un ajuste mayor, con el propósito de generar los acuerdos que se requieren para salir del estancamiento económico y social.

En ese sentido, resaltó que la nación no saldrá adelante con cambios parciales y reactivos, sino con una nueva visión de país que incluya modificaciones de fondo. Principalmente, abundó, la del Estado, la fiscal y la laboral.

Ni el mercado de Estados Unidos ni el petrolero harán que México tenga un crecimiento mayor por lo menos en los próximos dos años. Eso dependerá de lo que hagamos internamente, destacó.

Sostuvo que la coyuntura del año próximo es propicia para construir dicha visión, y confió que en 2010 se podrán dejar atrás las inercias y los vicios que no han permitido progresar a la nación.

No obstante, aseguró que dichos cambios dependerán de que los ciudadanos ejerzan plenamente sus derechos y obligaciones.

Las crisis política, económica y de seguridad pública que se viven deben ser la pauta para sentar las bases de la consolidación democrática y el desarrollo sostenido. No perdamos esta oportunidad. Los acontecimientos de 2009 nos dejan claro que México requiere una restructuración de fondo, sentenció.