Con personal insuficiente, prolongadas jornadas laborales, excesivas cargas de trabajo con poco tiempo de recuperación, salarios precarios, escasa capacitación y, con mucha frecuencia, equipo técnico obsoleto, el gremio de los controladores de tránsito aéreo debe dirigir en condiciones adversas las más de 2 millones de operaciones de aterrizaje y despegue que anualmente ocurren en el país, con riesgos latentes para la seguridad del espacio aéreo mexicano.

De acuerdo con estimaciones del Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo (Sinacta), existe un déficit de 300 controladores en todo el país, cifra que representa más de un tercio de los trabajadores en activo encargados de dirigir el tránsito de aeronaves en el espacio aéreo y en los 58 aeropuertos existentes en todo el territorio nacional.

Además, en los próximos diez años, más de 20 por ciento de estos trabajadores llegará a la edad del retiro, algunos más por enfermedad, y no se está formando el número suficiente de nuevos cuadros. Incluso, los 30 controladores surgidos en la nueva generación viven en la incertidumbre del desempleo, pues la Secretaría de Hacienda y Crédito Público mantiene congeladas las plazas, como parte de las restricciones presupuestarias para el próximo año.

Alfredo Covarrubias Aguilar, secretario de asuntos jurídicos del sindicato, también denunció que desde hace varios años se han aplicado mecanismos con criterios empresariales de productividad, como el ISO 9001-2000, que disminuyó los periodos de recuperación que debe tener el trabajador después de que está un largo periodo de tiempo frente a la pantalla del radar. Estos criterios empresariales contrastan con los de la seguridad que debe prevalecer en la actividad aeronáutica.

Dijo que la Secretaría de Hacienda debe dotar a la paraestatal Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) de los recursos financieros, materiales, pero sobre de los humanos, liberando las plazas necesarias. Los recursos financieros para dar, por un lado, capacitación integral y continua a los controladores, pero por el otro, mejorar los salarios y las condiciones laborales.

Comentó que hay unos 800 controladores, número insuficiente para cubrir el espacio aéreo. El 42 por ciento de las actividad aéreas se concentra en los aeropuertos de la ciudad de México, Guadalajara, Cancún, Monterrey y Toluca. Por ello es necesario que se creen las plazas necesarias y se impulse la formación de nuevos controladores, en una especialización técnica que lleva hasta dos años.

Hasta hace tiempo, los controladores se formaban en el Centro Internacional de Adiestramiento de Aviación Civil sin pago de ninguna colegiatura, mediante una beca otorgada por el gobierno. Los controladores sólo pueden laborar en el gobierno, es decir, son trabajadores al servicio del Estado. Pero ahora la formación corre a cargo de Seneam, que cobra un promedio de 6 mil pesos mensuales por dos años, que es el tiempo que dura la formación. Los 30 estudiantes de controladores egresados este año desconocen si serán contratados, debido a las restricciones de plazas en el gobierno.

La reactivación de este centro es una de las demandas que ya presentó el sindicato de controladores, pues sería ahí donde se formará el personal técnico aeronáutico y su continua actualización y especialización.

Junto a esta escasa formación de nuevos cuadros, pronto se dará el fenómeno de la jubilación de al menos 20 por ciento de los controladores, quienes rebasan 50 años de edad, sin tomar en cuenta aquellos que pudieran retirarse por cuestiones médicas, en una actividad que exige un estado físico y mental plenamente satisfactorio para desempeñar la función.

Respecto a su salario, un controlador puede ganar desde 15 mil y hasta 35 mil pesos, según su antigüedad, experiencia y capacitación. Pudiera parecer alto, pero hay que establecer parámetros, tanto de tiempo de formación y estudio, dijo Alfredo Covarrubias.