Domingo 27 de diciembre de 2009, p. a16
Publicado originalmente en 1975, la editorial Siglo XXI presenta ahora una edición revisada y corregida que pone en tela de juicio a la sociedad disciplinaria que inventó el siglo XIX, de la cual aún dependemos.
El libro hace un examen de los mecanismos sociales y teóricos que hay detrás de los cambios masivos que se produjeron en los sistemas penales occidentales durante la era moderna.
Foucault cambió la idea comúnmente aceptada de que la cárcel era una forma humanitaria de pena y señala seis principios o reglas sobre los que descansa el renovado poder de castigar: de la cantidad mínima, regla de la idealidad suficiente, de los efectos (co)laterales, de la certidumbre absoluta, de la verdad común y de la especificación óptima.
A partir de estos conceptos, el delincuente puede ser definido en oposición al ciudadano común, primero como el loco, el maleante, el malvado y, finalmente, como el anormal.
Quizá hoy provoquen vergüenza las prisiones, pero en el siglo XIX –según se explica en esta obra– la sociedad se sentía orgullosa de las fortalezas que se construían en los límites de las ciudades y, a veces, en el corazón de las mismas.
Esos nuevos recintos benignos
complacían a las conciencias, porque remplazaban a los patíbulos. La humanidad se maravillaba al ya no castigar los cuerpos y creer que ahora sabían cómo corregir
las almas. Eran los lugares indicados, decían, donde los árboles torcidos podían enderezar el tronco.
El autor hace aquí un puntual análisis de ese mecanismo de control, desde sus orígenes hasta sus consecuencias (las que aún padecemos).
Con obras como esta, el pensador sigue ocupando su lugar de autor emblemático entre quienes intentan mejorar la situación de los excluidos, llámense presos, locos, minorías sexuales, inmigrantes o jóvenes.
Título: Vigilar y castigar. Nacimiento de prisión
Autor: Michel Foucault
Editorial: Siglo XXI
Número de páginas: 360
Precio de lista: 200 pesos