El cardenal Norberto Rivera Carrera consideró que 2009 ha sido un año de dificultades y contradicciones para los mexicanos, debido a que aumentaron los rostros de la pobreza en el país a causa de la crisis económica y la pérdida de fuentes de empleo, y porque padecimos el embate del virus de la influenza A/H1N1 y la violencia del crimen organizado asociado con el narcotráfico.

En su mensaje de Navidad, el arzobispo primado de México evocó que nos han afectado fuertemente los problemas de la economía mundial, provocando el cierre de muchas fuentes de trabajo, aumentando con ello los rostros de pobreza.

Recordó además el embate de la violencia que provoca el crimen organizado, cuya afectación tiene expresión “entre nuestros jóvenes, que son víctimas de las adicciones o de las balas asesinas en las interminables y crueles ejecuciones”.

En cuanto a la propagación del virus de la influenza humana dijo que se tuvieron que adoptar en el país medidas inusuales de prevención, a las cuales se sumó la Iglesia católica al suspender las celebraciones litúrgicas por dos domingos consecutivos, “como una medida responsable y solidaria de la comunidad católica con México.

Hemos vivido con dolor el aumento de la cultura de la muerte expresada en leyes inicuas que atentan contra la vida y contra la familia. No ha faltado tampoco el antitestimonio de algunos creyentes que desfiguran el rostro de la Iglesia y de la vida cristiana, destacó el religioso.

Pedro Pablo Elizondo, obispo prelado de Cancún-Chetumal, Quintana Roo, en su mensaje de Natividad recomendó a la población realizar un ejercicio de introspección para lograr la paz interior en medio de tanto ruido, acelere y estrés, ocasionado por la espiral de violencia que vive el país y que “parece interminable.

Día con día, crecen las estadísticas de personas que han sufrido algún tipo de ataque, desde maltrato intrafamiliar hasta los asesinatos vinculados con el narcotráfico. El ciudadano que se siente agredido busca protegerse, defenderse y si ha sufrido ya algún tipo de agresión busca incluso la venganza, deploró.

Fabio Martínez Castilla, obispo de Lázaro Cárdenas, Michoacán, llamó a la comunidad católica a reconstruir el tejido social del país, puesto que se encuentra muy deteriorado y que ha desintegrado familias por la falta de valores, de trabajo, de oportunidades para todos y de una educación integral.