Jueves 24 de diciembre de 2009, p. 10
Si tanto te molesta, rastrea tu cheque
, fue la alternativa que recibió una pensionada (de ex trabajador de Luz y Fuerza del Centro, LFC), de parte de una funcionaria del área de pagos del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), liquidador de LFC.
En el último tramo de la búsqueda de los cheques de pensión alimenticia para sus dos hijos, Jacqueline lamenta que esta retención haya sido de mala fe.
“Casi dos meses de ir y venir de una oficina a otra y ahora esta licenciada (quien se negó a identificarse) me avienta una lista con las direcciones de las sucursales de Banjército para que yo misma busque mi cheque. Y, como me molesté, me responde: ‘Nada más por callarte la boca te voy a hacer el favor de decirte dónde está’”, relató Jacqueline.
Ex esposas de trabajadores de LFC que hasta ayer no pudieron cobrar lo que les corresponde por concepto de pensión alimenticia, ahora tendrán que continuar su búsqueda, por la vía judicial o en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA), porque todos los adeudos serán canalizados a dichas instancias.
Para otras, el burocratismo fue peor porque sus cheques fueron expedidos con nombres inexactos o incompletos.
Tras acudir en auxilio de la Presidencia de la República, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y denunciar ante la prensa las irregularidades y malos tratos, recibieron asesoría y gestoría de la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo, la cual se vio también rebasada por la operación del SAE.
Como se difundió en este diario, las pensionadas iniciaron su recorrido primero en el SAE, en sus oficinas centrales, vía telefónica y en las sucursales bancarias, pero sólo recibían como respuesta: Nosotros le hablamos en cuanto localicemos su pago
.
Pasaron días y semanas, agrega Jacqueline, y nos llamaron del SAE para decirnos que ya estaba nuestro cheque. “Cuál fue mi sorpresa que al llegar no me atendió Jorge Martínez, del área de pagos, sino su jefa, quien nos reclamó por ‘haber hecho muchas cosas’, refiriéndose a nuestras múltiples gestiones y denuncias públicas.
“Luego, nos ‘hace el favor’ de darnos datos certeros y mandarnos a la sucursal de Banjército que está en la Secretaría de Marina. Llegamos ahí lo más rápido que pudimos, a las 14:55, y el empleado nos dice ‘vengan mañana, ya cerré el sistema’.”