Abu Dhabi, 19 de diciembre. Un gol histórico de pecho de Lionel Messi le permitió hoy al Barcelona consagrarse campeón del Mundial de Clubes al derrotar por 2-1 en tiempos extras a Estudiantes de La Plata, en lo que es su sexto título del año.

El delantero argentino, quien pasó inadvertido durante el tiempo reglamentario, se quedó con toda la gloria al anotar un tanto de pecho a los 110 minutos y le dio a su equipo el primer título de este torneo.

Antes, el equipo argentino había ofrecido una lección táctica ante el considerado el mejor equipo del mundo y se había adelantado con gol de Mauro Boselli, a los 37.

Sin embargo, los catalanes frustraron la hazaña de Estudiantes en los últimos suspiros, mediante un cabezazo al minuto 88 de Pedro Rodríguez, quien había ingresado en la segunda mitad.

De este modo, el Barcelona pudo cerrar su año perfecto, ya que se llevó todos los títulos disputados en el 2009: Liga, Liga de Campeones, Copa del Rey, Supercopa de España, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes.

Estudiantes apeló a la estrategia para interrumpir la creatividad del juego rival.

Sebastián Verón y Enzo Pérez se plantaron en el campo rival para anular la llegada del esférico a Sergio Busquets, mientras que Leandro Benítez y Rodrigo Braña se encargaron de controlar la salida de Xavi Hernández.

A su vez, el Barça intentaba destruir la barrera defensiva con un intercambio constante de posición entre Messi e Ibrahimovic. Sin embargo, el duelo se debatía en el centro del campo y el conjunto sudamericano lograba su cometido de mantener lejos de la portería a los peligrosos delanteros del equipo culé.

Una infracción de Albil sobre Xavi, que debió ser penal y el árbitro mexicano Armando Archundia ignoró, representó la antesala de la apertura del marcador.

Boselli, quien hasta el momento no había recibido un balón claro, en la primera oportunidad que tuvo coló el balón en el fondo de la red. Recibió un centro de Leandro Benítez desde la izquierda y le ganó la posición a Abidal para cabecear al palo más cercano.

Al Barcelona le costó asimilar el golpe y su respuesta en la primera parte se redujo a un centro de tiro libre que Ibrahimovic falló al intentar conectar el balón con una pirueta.

Josep Guardiola enfrentó la estrategia defensiva de Estudiantes como un estímulo para agotar todas sus municiones y ordenó el ingreso de Pedro Rodríguez en reemplazo de Seydou Keita. Así, Barcelona quedó con cuatro delanteros.

De hecho, los diez minutos iniciales de la segunda parte encontraron la mejor versión del campeón de la Champions.

Messi había sido uno de los grandes ausentes de la noche. Se reflejó excesivamente fastidioso y perdió en cada duelo que se le presentó contra los tres ordenados centrales.

Durante los 20 minutos finales, la diferencia física entre ambos equipos comenzó a jugar su propio partido y el Barcelona se plantó con todo su repertorio en el campo rival para asediar mediante centros.

Así, el equipo español logró la igualdad al minuto 88. Una pelota al corazón del área finalizó en una asistencia de Gerard Piqué, para que apareciera el joven Pedro y derrotara a Albil con un fino cabezazo.

El alargue mantuvo el mismo guión, pero se guardó una escena especial para la gran estrella del futbol mundial de hoy, Lionel Messi, quien se había visto controlado durante todo el partido, consagró al Barcelona con una nueva expresión de su magia.

El rosarino recibió un centro pasado desde la derecha y en lugar de ejecutar una palomita la golpeó con el pecho y empujó el balón hacia la red.

Estudiantes intentó reaccionar, pero ya era demasiado tarde.

El astro Lionel Messi recibió el Balón de Oro del Mundial de Clubes al superar a en votos a su compatriota Juan Sebastián Verón.

Los mexicanos Rafael Márquez y Jonathan dos Santos no participaron en el duelo.