El niño, víctima de fuego cruzado; no fue debidamente atendido, dicen
Sábado 19 de diciembre de 2009, p. 23
Morelia, Mich., 18 de diciembre. Familiares de un menor de 11 años de edad que murió el pasado 13 de diciembre tras recibir el impacto de una bala en una pierna durante un tiroteo entre sicarios y militares, denunciaron ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) al Hospital Regional de Zitácuaro por impericia y negligencia.
La madre, María Ana Albarrán Padilla, presentó una queja ante el visitador regional de la CEDH en Zitácuaro, Omar Rangel Ángeles, al asegurar que el personal hospitalario desestimó la gravedad del caso y no prestó al niño los debidos cuidados, tras ser alcanzado por una bala durante la refriega en la planta alta de su casa.
La mujer dijo que dos soldados le ayudaron a llevar al Hospital Regional a su hijo, donde lo atendieron cuatro enfermeras que únicamente le pusieron vendas y un torniquete; luego le sacaron una radiografía y pidió que lo trasladaran a una clínica particular del municipio.
Sin embargo, en la clínica particular no lo admitieron y recomendaron a la madre que lo trasladara a Morelia, donde ingresó a otra clínica privada y momentos más tarde falleció. La CEDH admitió la queja, y los familiares de la víctima esperan su más enérgico pronunciamiento por la desatención de que fue objeto el menor malherido.
La instancia humanitaria también dio a conocer, por otra parte, que inició una queja de oficio con las versiones periodísticas respecto al abuso de poder y excesivo uso de la fuerza pública cometidos por la policía estatal contra la población civil tras los atentados con granada perpetrados en Morelia el pasado martes 15.