El embajador de Estados Unidos, Carlos Pascual, felicitó ayer al gobierno de México y a los valientes miembros de las fuerzas armadas por la exitosa operación que derivó en la muerte del capo de un cártel Arturo Beltrán Leyva.

La acción realizada contra la organización de los Beltrán Leyva no deja duda de que la estrategia del presidente Felipe Calderón contra el crimen organizado está teniendo un fuerte impacto, se subrayó en un comunicado de prensa.

En Estados Unidos, el Departamento de Estado y la agencia antidrogas (DEA) también reconocieron el trabajo de las autoridades mexicanas en el operativo realizado en Cuernavaca, Morelos.

La muerte de Beltrán Leyva asestó “un fuerte golpe a uno de los más violentos cárteles del mundo y fue resultado de la cooperación significativa y el intercambio de información entre las agencias de seguridad de Estados Unidos y nuestras valientes contrapartes mexicanas”, dijo Michele Leonhart, administradora de la DEA.

En México, el embajador Pascual refirió que el operativo del miércoles demuestra la determinación de México y su creciente capacidad para debilitar a los cárteles que amenazan la seguridad y bienestar de los ciudadanos.

El gobierno de Estados Unidos, subrayó, aplaude esta y otras acciones que se llevan a cabo contra el narcotráfico y el crimen organizado y está firme en su determinación de cooperar plenamente en el combate contra un enemigo común que pone en riesgo a la población en los dos países.

Carlos Pascual dijo que la estrecha colaboración entre Estados Unidos y México bajo la Iniciativa Mérida tiene claramente un impacto positivo y notable en afectar a los cárteles de la droga.

Sobre Arturo Beltrán Leyva señaló que fue uno de los más notorios narcotraficantes en México. Antes de formar su propia organización se desempeñó como uno de los líderes del cártel de Sinaloa.

También tuvo nexos importantes con Los Zetas y fue responsable de algunos de los más crueles actos de violencia en la historia reciente de México. El capo de la droga dirigió importantes redes para introducir y distribuir enervantes que en la práctica introdujeron toneladas de cocaína en las calles de Estados Unidos.