Idulio Islas entendió que a veces se debe aprender de las derrotas para levantarse, y así lo hizo en 2009, después de un año amargo que se combinó con lesiones.

Ni las medallas ni el dinero que he ganado me dieron esa confianza para retomar el nivel competitivo y si Diosito me da esa oportunidad, sólo digo que aquí no termina nada y hay que seguir trabajando, afirmó el subcampeón mundial de taekwondo.

El capitalino consideró que este año que está por finalizar le dejó una gran enseñanza, no únicamente en lo deportivo sino también como persona, porque aprendió que nunca se debe perder la humildad, ya que se sentía el mejor de su categoría (menos de 68 kilogramos) y que nadie podía vencerlo.

El campeón de la Liga Mundial manifestó que lo más rescatable de toda la amarga experiencia que pasó antes de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 quedó atrás, pero debió vivir todo eso para recapacitar, porque incluso pensó en el retiro.

“Fue un duro golpe para mí (haber sido eliminado en la primera ronda de la justa olímpica); luego perdí la emoción, no quería saber nada, pero en mi interior tenía esa espina, por eso digo que hay un Idulio antes y después de Pekín.

Debí pasar un proceso difícil y duro. Mucha gente confía en uno y si no das resultados te olvidan. Ahora me siento maduro, responsable con las medallas que gané este año y que vinieron a marcar el principio de mi carrera, señaló.

Ahora vislumbra un panorama diferente, porque está consciente de que las medallas obtenidas representan una gran responsabilidad.

A partir del 7 de enero de 2010, los taekwondoínes buscarán ganarse un lugar en selectivos, concentraciones y competencias, pues además de los torneos en Europa y Asia, el compromiso estará enfocado en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez.