Aunque las materias en las que mejores calificaciones obtuvo durante su adolescencia fueron relacionadas con las ciencias, Alberto Darszon Israel, investigador del Instituto de Biotecnología (Ibt) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura que se convirtió en científico por accidente.

Amante de la música y la fotografía, Darszon narra que formó parte de un grupo de rock durante 15 años. Asimismo, ha publicado libros con sus trabajos fotográficos.

Sin embargo, debido a sus aportaciones en el estudio de la interacción entre el espermatozoide y el óvulo, en particular del mecanismo eléctrico fundamental para que el primero fecunde a la célula femenina y se genere un nuevo ser, Darszon fue galardonado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009 en el campo de ciencias físico-matemáticas y naturales, reconocimiento que compartió con otro universitario: Jaime Urrutia Fucugauchi, del Instituto de Geofísica.

Para desarrollar sus investigaciones, el científico ha combinado estrategias de tres disciplinas: la bioquímica, la fisiología celular y la electrofisiología, cuyas técnicas aplica en tres modelos animales: erizos de mar, ratones y personas.

Asegura que para que ocurra la fecundación se presenta una especie de diálogo entre el espermatozoide y el óvulo. Explica que las células se comunican no sólo con su medio ambiente, sino también entre ellas, y lo hacen mediante moléculas que viajan a través de la membrana que las cubre. Así, las capas externas del óvulo contienen componentes que éste usa para enviar señales al espermatozoide e informarle su ubicación. Esas señales afectan a la célula masculina y regulan su movimiento y capacidad para fecundar al óvulo.

“En la capa externa que recubre al espermatozoide hay una serie de moléculas que regulan su permeabilidad; de que ocurran esos cambios depende que se lleve a cabo la fecundación.

En todo el proceso de maduración del espermatozoide, en el caso de mamíferos, hay una serie de cambios iónicos fundamentales para que éste pueda fecundar al óvulo. En el laboratorio en particular nos interesan los canales iónicos, proteínas en la membrana de las células, especializadas para regular el paso de los iones de manera muy eficiente. Éstas participan de manera importante en la fecundación, además de otras muchas cosas, pero esos transportadores son muy relevantes: si uno los bloquea no ocurre la fecundación.

Desde 1980 ésta es la principal línea de investigación de Darszon. Entre sus principales logros académicos se cuenta haber registrado directamente, por primera vez y a escala mundial, la presencia de estos canales iónicos en el espermatozoide.

Darszon indica que el descubrimiento de estos transportadores convierte a la célula reproductora masculina en blanco potencial para intervenir en la fecundación; esto es, con el tiempo podría desarrollarse un anticonceptivo dirigido al hombre, lo que sería bastante deseable y no siempre se le dejaría la carga de los efectos secundarios a la mujer.

Alberto Darszon Israel cursó la licenciatura en química orgánica en la Universidad Iberoamericana, el doctorado en bioquímica en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional. Posteriormente, emigró a la Universidad de California, en San Diego, Estados Unidos, donde hizo un posdoctorado en bioquímica. En esta institución, y gracias a una colega de aquel país, tuvo su primer contacto con la reproducción y los iones que permiten la fecundación. Al final de estos estudios regresó al Cinvestav, pero desde hace 20 años forma parte del equipo de investigadores de IBt, con sede en Cuernavaca, Morelos.

“Las materias que más me gustaban en secundaria y preparatoria eran las científicas. No estoy seguro si porque eran en las que tenía los mejores profesores o porque eran las que más me atraían en ese momento. Porque, por otro lado, siempre he tenido interés por otras cosas, como la música y la fotografía.

Considero que fue una especie de accidente caer en la ciencia.

Rock, jazz y clásica son algunos de sus gustos musicales. Cuenta que por 15 años fue baterista de un grupo de roqueros conformado por dos científicos y tres escritores.

En principio nos hicimos llamar La Comuna, y después Las Plumas Atómicas. Dos de sus bandas favoritas son los Beatles y los Rolling Stones.

Si pudiera ser orador en la ceremonia de entrega de los premios, Darszon daría diversos argumentos sobre la importancia de que el gobierno invierta en investigación. Aunque considera que este problema no sólo es responsabilidad del Estado, sino también de los científicos, que no hemos podido transmitir lo fundamental que es la ciencia.

Padre de dos jóvenes y esposo de la poeta Pura López Colomé (ganadora del Premio Xavier Villaurrutia en 2007), Darszon afirma que la vida de un científico es fantástica. Está llena de cosas maravillosas: para empezar se tiene la posibilidad de conocer gente de todo el mundo y establecer relaciones con personas que tienen muy distintas maneras de ver el entorno. Se tiene la posibilidad de aprender continuamente y, sobre todo, lo extraordinario de estar en contacto continuo con jóvenes, lo cual es fundamental. Cada relación con un estudiante es una oportunidad para aprender. Además, uno tiene la posibilidad de vivir de lo que a uno le gusta hacer; eso es una fortuna.