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Debe haber conciencia de que no es de descuentos, señalaron representantes editoriales

Cacería de ofertas, constante en la Feria Internacional del Libro

El lector ya no adquiere libros por gusto: Nostra Ediciones

La gente sólo viene a pasear: Urano

Hoy termina el encuentro; en 2010 la región española de Castilla y León será la invitada

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Los encargados de los módulos señalaron que no hay ofertas en los títulos porque aplican el precio único establecido en la Ley del Libro, cuyo reglamento aún no se ha publicadoFoto Héctor Jesús Hernández
Enviada
Periódico La Jornada
Domingo 6 de diciembre de 2009, p. 2

Guadalajara, Jal., 5 de diciembre. La Feria Internacional del Libro de Guadalajara concluye este domingo con la entrega del Premio Fernando Benítez y las cifras de los 10 días del encuentro, pero con un balance dividido entre las editoriales: algunas cumplen con creces los objetivos de venta y otras que van por abajo de las ventas del año pasado; a veces ésta cifra llega a 30 por ciento.

Para el público, la sensación es que los libros aumentaron demasiado de precio. La pregunta constante es: ¿cuánto cuesta?; al recibir la respuesta, de inmediato cuestionan ¿Y con descuento?, para encontrarse que la mayoría de las editoriales no ofrecen rebaja alguna en novedades, porque desde hace un año aplican la Ley del Libro y el precio fijo (aun cuando no se ha publicado el reglamento), pero sí ofrecen algunos precios especiales en publicaciones de hace dos años o más.

A lo largo de los 10 días de feria se presentaron algunos fenómenos nuevos: los lectores buscan títulos específicos (ya no van a ver qué encuentran), compran en efectivo y no con tarjetas de crédito y los profesionales compraron menos libros que el año pasado.

También el viernes se realizó por primera vez una venta nocturna –entre las 21 y las 23 horas–, con entrada gratuita y precios especiales (no descuentos), aunque algunas pequeñas editoriales sí ofrecieron éstos en distintos porcentajes (que ya no repitieron el fin de semana).

Elizabeth Lara, encargada del módulo de la Alianza de Editoriales Mexicanas Independientes, indicó que en general “hay menos ventas que el año pasado, y lo que hicieron el viernes es algo interesante. Nosotros vamos abajo un 30 por ciento en ventas; mientras en el local de Nostra Ediciones, la responsable Fabiola Segura indicó que para ellos la feria “va lenta. Esperábamos que el cierre de este año fuera difícil para el medio editorial.

La gente viene a pasear más que a comprar y no creemos que pueda rebasar más allá de un 20 por ciento más del año pasado, a pesar de que ahora el estand es cuatro veces más grande.

En busca del remate

El viernes, en la venta nocturna, “pedían muchos descuentos y el público pensaba que íbamos a rematar, pero nuestra editorial no tiene libros de saldo, no tiene stock para rematar; traemos novedades”.

Ahora se tiene que crear conciencia de que no es una feria de descuentos, precisamente por la aplicación del precio fijo, añadió Fabiola. Nosotros tenemos muchas novedades y tienen que pasar dos años para que podamos dar descuentos. También influyó en este resultado que los bibliotecarios y profesionales no hicieron grandes compras. Vemos que el público compra los libros que necesita, que les sirven en las escuelas, y ya no los adquieren por gusto.

En Urano, Abigail Garrido, gerente comercial de esa editorial, estimó en un primer balance de los resultados de la feria: desde que iniciamos se sintió menos gente y menos dinero gastado, el ticket de venta bajó y en lugar de llevarse tres libros se llevan dos. Pensamos que como esta semana fue de quincena nos recuperaríamos, pero no. No vamos a lograr el presupuesto, las metas, y nos vamos a quedar con un 23 por ciento abajo.

“Se da mucho el fenómeno de que la gente viene a pasear –añadió–, y es lo mismo que ocurre en los centros comerciales que van sólo para entretenerse. Además, desde el año pasado no damos descuentos y en ese momento la gente no lo sintió tanto; hoy piden más rebajas, hay más regateo y a veces se molestan. Los organizadores de la feria nos tienen que ayudar a crear conciencia de que ésta ya no es una feria de descuentos, estamos aplicando el precio único en las novedades.

Ofrecemos variedad no descuento; títulos que en verdad no van a encontrar en ningún lado.

Samuel Cortés, de grupo Santillana, señaló que el inicio de la Feria “no fue muy afortunado, pero gracias a la venta nocturna pudimos tener ingresos. Al inicio íbamos 15 por ciento abajo en las ventas, pero no es Guadalajara, es una situación general, ya lo veníamos sintiendo desde otros encuentros; aquí se siente más porque es la más importante. Pudimos ver que la crisis es general.

El público no está comprando en las cantidades de años anteriores, vienen por títulos específicos. Durante la feria no dimos descuentos por la Ley del Libro, y lo que ofrecimos el viernes en la venta nocturna fueron títulos de años anteriores con autores como José Saramago. Ofertamos 380 títulos, no eran saldos, son libros de línea, pero de años pasados a los que podemos bajar el precio.

Cambio de percepción

De Random House Mondadori, el gerente de ventas Tomás Ceniceros estimó que la afluencia no es la misma de años anteriores, se ve mucha gente, pero por los camiones escolares, no es el público en general. Hace unos años veíamos muchos bibliotecarios, ahora no, pero vamos bien, con 10 o 12 por ciento arriba. En la venta nocturna no aplicamos descuentos en novedades, sino ofertas especiales.

Además debe cambiar la percepción de que las ferias son para dar descuentos, añadió. “hay cierta desilusión entre el público, pero estamos tratando de buscar ofertas especiales con títulos interesantes no sólo lo que sobra. Para mí la Ley del Libro es una forma de dignificar la obra, porque desde hace muchos años vimos libros en centros comerciales en 10 o 15 pesos, y la gente decía: ‘lo compro cuando esté más barato’, porque sabían que se iba a saldar, pero ahora tratamos de dignificarlo al no tener descuentos; eso le da oportunidad a las librerías de cualquier tamaño”.

Mientras tanto, todo está listo para el cambio de estafeta de Los Ángeles, que fue la ciudad invitada, a la región española de Castilla y León, cuyo programa preliminar de 2010 incluye a 60 autores, entre ellos varios premios Cervantes, 50 editores y 60 actos literarios y académicos, además de cine, dramaturgia y artes plásticas.