Al asumir el cargo de consejero de la Judicatura Federal, César Esquinca Muñoa señaló que debe revisarse la carrera judicial y la selección de jueces y magistrados, para que no quede lugar a dudas respecto de la capacidad profesional y condiciones personales de los seleccionados.

El actual sistema de concursos, instaurado en 1995, que democratizó las designaciones de juzgadores ya cumplió su ciclo, señaló Esquinca en un inusual discurso en el que alertó: No corramos el riesgo de investir, simbólicamente con la toga y el birrete, a jueces que no están suficientemente capacitados para el desempeño de un cargo tan importante.

En la misma ceremonia, ante los plenos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) y de la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, rindió protesta como consejero el ex procurador foxista Daniel Cabeza de Vaca, quien en términos generales habló sobre temas de justicia, sin profundizar en los retos que enfrenta el CJF, órgano encargado de la disciplina, administración y organización de la labor que realizan jueces y magistrados federales.

Esquinca dijo que la sociedad y el Poder Judicial exigen juzgadores de tiempo completo, que antepongan las responsabilidades del cargo a cualquier otro interés, incluyendo el académico; sensibles, que privilegien el fondo sobre la forma y busquen la solución definitiva del caso para terminar con el eterno peregrinar de los expedientes, y preocupados por los problemas sociales y la suerte de los más necesitados.

Esquinca, quien antes fue director del Instituto Federal de Defensoría y recorrió la escalera de la carrera judicial hasta ser magistrado de circuito, planteó la necesidad de replantear la relación entre el CJF y los juzgadores.

Cabeza de Vaca fue designado directamente por el presidente Felipe Calderón, mientras Esquinca fue elegido por el pleno de la SCJN para ocupar el encargo que Luis María Aguilar dejará este 30 de noviembre.