Quien lo recoja debe probar que conoció en persona al líder del ERPI, exige la procuraduría
Martes 24 de noviembre de 2009, p. 15
Chilpancingo, Gro., 23 de noviembre. Este lunes a las 21 horas, de último momento, el procurador de Justicia en funciones, Albertico Guinto Sierra, se negó a entregar el cuerpo de Omar Guerrero Solís –el comandante Ramiro, líder del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI)– salvo si alguno de los solicitantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero (APPG) admitía conocerlo personalmente.
Desde el domingo por la tarde, cuando la APPG solicitó la entrega del cadáver, la procuraduría estatal planteó varios requisitos y se acordó una reunión de trabajo entre las partes a las 10 de la mañana de este lunes, para deliberar y más tarde convocar a los medios de comunicación a fin de anunciar de manera conjunta la entrega de los restos, depositados en el Servicio Médico Forense de Chilpancingo.
Empero, a la hora programada el procurador en funciones de nuevo requirió a la APPG que hiciera la petición del cuerpo de Omar Guerrero o Ramiro Salgado López a nombre de sus familiares, lo cual no fue aceptado por el conjunto de agrupaciones, al considerar que se buscaba vincularlas al dirigente guerrillero, además de que la petición fue un acto estrictamente humanitario
y ningún activista conocía a la parentela.
Incluso se solicitó a la Comisión de Defensa de Derechos Humanos que interviniera como aval y su titular, Juan Alarcón Hernández, giró un oficio de aceptación a la procuraduría; pero luego se impuso como última condición
a los solicitantes que comparecieran ante la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Graves, a fin de aclarar por qué solicitaban el cadáver.
De las 5 de la tarde a las 8 de la noche, Pablo Sandoval Cruz y los también dirigentes de la APPG Pablo Nicolás Chávez Adame, Bertoldo Martínez Cruz y Arturo Hernández Cardona rindieron declaración ante dicha instancia, pero únicamente los dos últimos dijeron conocer al guerrillero.
Hernández Cardona era secretario de Derechos Humanos del Partido de la Revolución Democrática estatal cuando conoció al comandante Ramiro, aunque no sostuvieron una relación directa; mientras Martínez Cruz expuso en la comparecencia que al estar preso en el penal de Las Cruces, en Acapulco, lo trató desde marzo de 2001 hasta que el rebelde se fugó al año siguiente.
Al concluir la diligencia, los cuatro líderes de la APPG volvieron a la oficina de Albertico Guinto Sierra para informarle que habían cumplido el último requisito; pero el funcionario les condicionó nuevamente la entrega a que admitieran conocer al líder rebelde, y al hacerle ver que tal hecho se asentó en las declaraciones, el procurador en funciones volvió a citarlos para este martes a las 10 de la mañana.