Trasnacionales perpetran el acoso, acusan expertos en la materia
Viernes 20 de noviembre de 2009, p. 10
Diversas regiones de América Latina sufren el acoso de las trasnacionales de la energía, que buscan la total privatización del sector y la apertura a los grandes capitales internacionales, denunciaron académicos y expertos en la materia que analizaron, en la sede del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), las luchas regionales por la soberanía y en defensa de las áreas estratégicas.
En el foro Movimiento de solidaridad nuestra América, los analistas pidieron al SME que encabece la lucha nacional por el cambio del modelo económico y aglutine toda el descontento social contra este régimen, que sólo ve por los empresarios y ha hecho a un lado a las mayorías
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Clemencia Correa, catedrática de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y defensora de los derechos humanos en Colombia, habló sobre la lucha en su país en defensa del sector energético.
Señaló que el gobierno de Álvaro Uribe ha impulsado la privatización de la seguridad social y de todos los sectores estratégicos, como el petrolero.
Del movimiento de Solidaridad con Bolivia, Pablo Salinas reseñó las batallas que ha librado ese país en defensa del agua y demás recursos naturales.
A su vez, Alberto Arroyo, de la Red de Acción Frente al Libre Comercio, comentó la situación del pueblo de Honduras, y expresó que ahora el SME tiene la oportunidad de que la bandera de su lucha no sea aislada, sino que sirva de ariete para construir una enorme fuerza social capaz de cambiar al país
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A su vez, Carlos Fazio, catedrático y periodista de La Jornada, señaló que la ofensiva clasista
del gobierno de Felipe Calderón contra los trabajadores busca beneficiar a los patrones nacionales y del exterior, los que lo impusieron mediante un fraude de Estado en 2006 y hoy quieren quedarse con una de las últimas joyas de la corona, el servicio de energía del centro del país, para hacer negocios millonarios.
“Es falso que el gobierno de facto actúe en función de los intereses de la población. Calderón administra los intereses de una tiranía privada. Usa al pueblo, sirve al capital. Él y sus amos odian lo colectivo, lo social organizado, la democracia popular.
El conspirador Calderón es un peligro para México. Ha militarizado la política y está arrastrando al país a un Estado de excepción. Ante el desafío de los de abajo, apuesta a un Estado autoritario (...) de corte policial, fascistoide. El país requiere un nuevo pacto social centrado en la ética y la política
, dijo en el auditorio de los electricistas.