Predominan llamados a boicotear comicios
Lunes 9 de noviembre de 2009, p. 28
Tegucigalpa, 8 de noviembre. La campaña electoral para las elecciones presidenciales de Honduras avanza opacada por una crisis política que ya lleva cuatro meses, provocando que la población se muestre apática frente a los comicios.
El presidente constitucional Manuel Zelaya fue expulsado del país por un comando armado el 28 de junio, lo que dejó a esta nación centroamericana aislada internacionalmente y redujo el interés de los hondureños en las elecciones del 29 de noviembre, al tiempo que una mayoría de países dice que no reconocerá el proceso si Zelaya no es restituido.
Zelaya permanece en calidad de huésped
en la embajada de Brasil en Tegucigalpa tras volver clandestinamente aquí, el 21 de septiembre, y las campañas de los candidatos tienen bajo perfil y mítines con pocos asistentes.
Un acuerdo auspiciado por Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA) para poner fin a la crisis política se desarmó el viernes luego de que el presidente de facto, Roberto Micheletti, formó un gobierno de unidad nacional
sin la participación de Zelaya.
En este contexto se reportó que el fiscal general, Luis Rubí, encargado de los procesos contra Zelaya, salió ileso de un ataque a tiros que sufrió la noche del sábado en el sector de los Palillos, cerca a la ciudad de Montagua, en centro del país.
No hubo heridos y ningún grupo se responsabilizó de la agresión.
Cuando faltan tres semanas para los comicios, las calles que en cualquier campaña de este tipo aparecían llenas de carteles de los principales partidos –el Partido Nacional y el Partido Liberal, al que pertenecen Zelaya y Micheletti, respectivamente–, están dominadas por pintas en contra del golpe o con llamados a boicotear las elecciones.
Los actos de Porfirio Lobo, el candidato nacionalista y favorito en las encuestas, lucen poco concurridos, mientras que el aspirante liberal, Elvin Santos, canceló los actos públicos hasta mediados de noviembre debido a la crisis, informó su equipo de campaña.
Lobo, un hacendado de 61 años, encabeza las encuestas con cifras de dos dígitos que han crecido durante la crisis política de la que muchos acusan al Partido Liberal.
A su vez, el candidato independiente Carlos H. Reyes anunció este domingo que se retira de la contienda, porque no ha sido restituido el presidente Zelaya.
Mientras, el embajador de Estados Unidos en Honduras, Hugo Llorens, afirmó que negar las elecciones sería un error histórico
, pese a la crisis política que enfrenta este país. El pueblo hondureño tiene el derecho de elegir a sus autoridades
, declaró el diplomático a la prensa.
Apenas 54 por ciento de los hondureños cree que las elecciones serán legítimas si se realizan con Micheletti en el poder, según un sondeo realizado en octubre por la encuestadora estadunidense Greenberg Quinlan Rosner.
Una encuesta de octubre de CID Gallup presentó a Lobo, conocido como Pepe, con una ventaja de 16 puntos sobre Santos, de 46 años, quien fue vicepresidente de Zelaya.
Analistas consideran que apenas un poco más de la mitad de los electores acudirá a las urnas, un nivel similar al de la anterior elección presidencial.
El acuerdo firmado a finales del mes pasado entre delegaciones de Zelaya y Micheletti, dejó en manos del Congreso la decisión de reinstalar al presidente constitucional.
Pero 80 por ciento de los 128 legisladores buscan la relección, según el diario hondureño El Heraldo, y Zelaya es un activo político tóxico, pese a sus altos índices de aprobación.
Los líderes del Congreso debían llamar a una sesión para votar sobre el retorno de Zelaya al poder, pero se muestran reacios a hacerlo.
Los 55 miembros del conservador Partido Nacional, de Lobo, se encuentran en una encrucijada, ya que si se alían a los liberales aliados de Zelaya para el retorno del mandatario lograrán el reconocimiento internacional para las elecciones. Sin embargo, un voto en favor de Zelaya podría irritar a los simpatizantes de Lobo.
En tanto, Zelaya sostuvo este domingo que el acuerdo propiciado por Estados Unidos está muerto
, luego de asistir a una misa celebrada en la embajada brasileña.
A su vez, el gobierno de facto dijo en un comunicado que Zelaya usó la creación del gobierno de unidad como pretexto
para retirarse unilateralmente del diálogo y declarar el fracaso del acuerdo.
Además, pidió a la OEA y a la comunidad internacional que no apoyen una renegociación
del pacto, como lo han sugerido los zelayistas.