Bogotá, 6 de noviembre. La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) expresó su repudio al acuerdo de cooperación militar suscrito hace una semana entre Bogotá y Washington, el cual permite a los estadunidenses el uso de al menos siete bases castrenses en suelo nacional, e instó a los militares colombianos a que lo rechacen.

La mayor insurgencia hizo un fraternal y patriótico llamado a los militares de honor colombianos para que se opongan y junto con el pueblo formen un eje en defensa de la soberanía. Asentó que con el acuerdo se pretende impedir el proceso democrático e integracionista de Latinoamérica, según un comunicado divulgado por la agencia Anncol, la cual publica usualmente los textos de la guerrilla.

El secretariado –mando central– de las FARC sostuvo que tras la firma del acuerdo entre Estados Unidos y Colombia, en las bases militares a las que lleguen militares estadunidenses los oficiales colombianos ni siquiera podrán aproximarse a las barracas. Recordó que durante una visita del entonces presidente George W. Bush a los militares colombianos les fueron requisadas sus armas.

La humillación de ver oficiales colombianos subordinados a oficiales del Comando Sur del ejército de Estados Unidos no debe ser tolerada donde hay honor. Señores oficiales y suboficiales: frente a proyecciones neocoloniales debemos asumir la misma actitud insobornable y patriótica, aseveró. Expresó que dichas bases serán como una daga envenenada para Colombia y el resto de la zona.

El Acuerdo Complementario para la Cooperación y Asistencia Técnica en Defensa y Seguridad, firmado aquí el viernes pasado, autoriza a tropas estadunidenses a operar 10 años en siete bases castrenses colombianas –tres aéreas, dos del ejército y dos navales–. Además, a dejar abierta la posibilidad de usar otra. Asimismo, aeronaves militares estadunidenses podrán utilizar siete aeropuertos comerciales internacionales locales y los estadunidenses gozarán de inmunidad.

El texto del polémico pacto para luchar contra el narcotráfico y el terrorismo, que generó inquietud de la mayoría de naciones sudamericanas y el rechazo de Venezuela, Ecuador y Cuba, ha sido denunciado en el sentido de que su verdadero objetivo se encamina al espionaje continental y responde a una estrategia para neutralizar a gobiernos de la región antiestadunidenses.

La tensión en la frontera colombo-venezolana ha escalado desde que Caracas congeló en julio sus relaciones diplomáticas con Bogotá, debido al referido acuerdo castrense que Colombia firmó con Estados Unidos. Desde entonces se derrumbó el comercio bilateral y creció la tensión en la frontera, donde el gobierno de Venezuela afirma que hay fuerte presencia paramilitar.

Colombia anunció haber solicitado a España explorar mecanismos de verificación y monitoreo de la situación en la frontera con Venezuela, a raíz del clima de tensión que se vive actualmente.