Alrededor de medio millón de jóvenes estudian en cerca de 2 mil centros educativos de nivel superior que no se han sometido a procesos de evaluación y acreditación de su calidad, expresó el subsecretario de Educación Superior, Rodolfo Tuirán, al reconocer que dicho sector enfrenta rezagos y problemas urgentes por resolver.

Entre éstos, mencionó la insuficiente cobertura ante una demanda creciente, la inequidad en el acceso en perjuicio de los jóvenes de estratos socieconómicos bajos, los circuitos diferenciados de calidad, la débil pertinencia y la limitada vinculación con el sector productivo y los problemas financieros en las universidades públicas.

En el contexto de su participación en el ciclo Pensar en la política haciendo política, con motivo del 45 aniversario de la licenciatura de Ciencias Políticas y Administración Pública organizado por la Universidad Iberoamericana, el funcionario señaló con relación a la asignación presupuestal del próximo año que todavía no hay elementos para decir absolutamente nada. Yo espero que sea favorable para la educación en general y la superior en particular.

En otro tema, manifestó que los niveles de desempleo entre los recién egresados son elevados: de alrededor de 13 por ciento contra 4.5 por ciento de la población en general. De la población ocupada que concluyó estudios superiores, 28.7 por ciento de los que tienen licenciatura no cuentan con prestaciones, mientras que en el caso de quienes tienen la maestría, el porcentaje llega a 20.9, y entre los que tienen el grado de doctor es de 20.8 por ciento.

Sobre los retos en materia de cobertura, Tuirán precisó que la matrícula de educación superior aumentó en los tres ciclos pasados en un total de 317 mil estudiantes, lo cual es importante pero no suficiente.

Apuntó que mientras en el Distrito Federal se tiene 50.2 por ciento de cobertura, seguido de Nuevo León, con 35.7 por ciento y de Sonora, con 35.6 por ciento; en Quintana Roo, el porcentaje apenas alcanza 14.6; en Chiapas, 16.2 y en Guanajuato, 18.4 por ciento.