Hay que dar dientes a la comisión
Viernes 6 de noviembre de 2009, p. 14
Raúl Plascencia Villanueva dijo a La Jornada: Siento una gran emoción por la confianza que el Senado de la República decidió depositar en mi persona. Es un alto honor que me permite sostener con mayor ímpetu el trabajo en favor de las víctimas del delito, del poder y de la indolencia
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Plascencia Villanueva, quien ha trabajo los pasados diez años en la CNDH, primero como segundo visitador y luego como primer visitador, sostiene: Debe quedar muy claro que la participación de los militares en tareas de seguridad pública y en el combate al crimen organizado no justifica de ningún modo que estén al margen de la ley
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La seguridad pública, abundó, no está reñida con los derechos humanos, y los soldados que participen en labores de la policía deben ser respetuosos de los derechos humanos
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–¿El Ejército ya debe regresar a sus cuarteles, ante el cúmulo de quejas por violaciones a los derechos humanos radicadas en la CNDH?
–No es deseable que el Ejército esté en las calles. La institución militar tiene una misión que cumplir. Es explicable, pero no justificable, que por la situación de emergencia en materia de seguridad pública el Ejecutivo haya tenido que recurrir a los militares para esa tarea.
Pero mientras no haya las policías capacitadas, preparadas que el país requiere para combatir el crimen organizado, los militares están en las calles, esto es explicable, pero su trabajo lo deben hacer de manera coordinada con la autoridad civil y no en forma desorganizada.
–¿Cuál será su primera acción como presidente de la CNDH?
–Una vez que tome posesión del cargo, el 17 de este mes, haré una convocatoria a los diversos sectores de la sociedad sobre mi propuesta de trabajo que presenté en el Senado: restructurar algunas áreas de la CNDH y sobre el fortalecimiento de las recomendaciones, porque hoy, se acepten o no, no pasa nada.
Este tema lo tenemos que abordar: hay que dar dientes a la CNDH, para que quien viole los derechos humanos sea sancionado, y que no quede en la impunidad.
–Después de las críticas al desempeño de la CNDH ¿qué tipo de institución aspira a presidir?
–Una en la que no haya opacidad. Hay que disipar las dudas en el presupuesto, en las quejas y en el seguimiento de las recomendaciones.
–¿Borrón y cuenta nueva, o qué va a pasar con las recomendaciones que le tocó llevar?, como la de desaparecidos de la guerra sucia y los feminicidios de Ciudad Juárez y Chihuahua.
–Es un compromiso continuar en la búsqueda de la justicia y en el esclarecimiento de esos hechos.
–¿Cuáles son sus retos?
–Espero tener listas las reformas que propuse para transformar la CNDH en los primeros 100 días de mi gestión. Reorganizar la CNDH, perfeccionar el Programa de atención integral a las víctimas del delito, impulsar el trabajo institucional, promover el fortalecimiento de las comisiones estatales de derechos humanos, desarrollar una cultura de la legalidad, entre otras.