Alcohol y exceso de velocidad, las causas, señala estudio
90% de los percances pueden evitarse: Centro Nacional de Prevención
Jueves 5 de noviembre de 2009, p. 37
El Distrito Federal se ubica en el noveno lugar entre las entidades federativas que presentan mayores índices de mortalidad por accidentes de tránsito, principalmente porque la gente conduce bajo la influencia del alcohol, a exceso de velocidad y por no usar el cinturón de seguridad; los percances se concentran principalmente en el grupo entre los 15 y los 44 años de edad, informó el director del Centro Nacional de Prevención de Accidentes, Arturo Cervantes Trejo.
En un análisis denominado Accidentes de tránsito: asunto de estado y salud pública, destacó que las choques representan un problema de salud pública a escala mundial por los efectos devastadores que tienen en los individuos, las familias, las comunidades y las naciones; y por los costos sanitarios, sociales y económicos que conllevan.
En México cada año fallecen aproximadamente 200 mil personas a causa de lesiones generadas en accidentes de tránsito, lo que representa la primera causa de muerte de personas en edad productiva y la segunda de orfandad. Además, por cada muerte por esta causa existen 45 individuos que requirieron hospitalización por lesiones de diversa gravedad, muchas de las cuales ocasionan discapacidad temporal o permanente.
Mencionó que entre los estados que presentan mayores índices de mortalidad por accidentes de tránsito se encuentran Nuevo León (primer lugar), Jalisco (tercero), Guanajuato (octavo) y el Distrito Federal (noveno) con 16 mil 390, cuando en la mayoría de los casos pueden prevenirse, pues los factores claves en su ocurrencia son conducir a exceso de velocidad y bajo la influencia del alcohol, así como la pobre aplicación de la normatividad de seguridad vial.
Se estima, dijo, que 90 por ciento de los accidentes son consecuencia de actitudes y conductas que pueden ser modificadas mediante la adopción de medidas correctivas, y así reducir el costo directo que tiene esta problemática en el país, de 110 mil millones de pesos, lo cual equivale a 1.3 por ciento del PIB, aunque en esta cifra no se consideran los costos asociados a las pérdidas de las familias, ni a su recuperación emocional o económica.