El mecanismo aprobado por la Comisión de Derechos Humanos del Senado para designar la terna final de aspirantes a ombudsman nacional es opaco y no garantiza la transparencia, aseguró la coalición Relevos 2009, integrada por organizaciones de la sociedad civil (OSC) que han monitoreado el proceso de sucesión en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Alertó que hay riesgo de que la elección del sucesor de José Luis Soberanes Fernández se base más en acuerdos y criterios políticos que en los perfiles idóneos apegados a estándares internacionales.

En conferencia, Relevos 2009 –que agrupa al Centro Fray Francisco de Vitoria, Fundar, Católicas por el Derecho a Decidir, GIRE, la Academia Mexicana de Derechos Humanos, Propuesta Cívica y Salud Integral para la Mujer– manifestó su preocupación por la decisión del órgano legislativo de que cada uno de sus 10 integrantes votará de manera anónima (sufragio que se depositará en urna transparente) a los tres candidatos que a su parecer cumplan con el perfil para el cargo. Aquellos que reciban más votos serán los elegidos para la terna.

Lamentamos que el mecanismo para decidir la terna sea mediante una votación por cédula anónima, pues se limitará un ejercicio de rendición de cuentas efectivo y de cara a la ciudadanía sobre las valoraciones de la decisión de cada integrante. Este acto de opacidad no se justifica en el marco legal ni en las condiciones del proceso. Peor aún: la medida pudiera interpretarse para encubrir acuerdos contrarios a los principios de democracia y transparencia con los que se ha venido realizando esta elección.

Informaron que ante estos riesgos enviaron una carta a los 10 integrantes de la Comisión de Derechos Humanos del Senado –conformada por cuatro panistas, tres priístas, un perredista, una petista y un senador por Convergencia– en la cual demandan corregir el curso de la decisión.

Lo más fácil es el voto cerrado, porque no quieren asumir el costo político de poner a una persona que al final pudiera ser cuestionada por la ciudadanía, aseveró Jacqueline L’Hoist, de Fundar. Los representantes de las OSC que participan en la coalición sostuvieron que tras la designación de Arturo Chávez al frente de la Procuraduría General de la República es muy probable que el Senado no elija a alguien que haga un contrapeso a la política que el procurador pueda impulsar.

Los activistas señalaron que para abonar a la transparencia en el proceso para elegir al defensor de la ciudadanía hay dos opciones: modificar el criterio y no emitir votos secretos o de lo contrario definir un perfil de ombudsman para que con base en ello los legisladores sustenten la terna final que se propondrá al pleno.

Asimismo, remarcaron que a diferencia de lo que sucedió en la elección de ombudsman en el Distrito Federal, donde el voto se dio por fracción, en la sucesión a la CNDH los partidos que tienen más representantes en la Comisión de Derechos Humanos del Senado tienen una ventaja, pues el sufragio será personal.

Si bien no se pronunciaron por ninguno de los 27 aspirantes al cargo, coincidieron que el designado debe ser independiente de poderes fácticos, contar con trayectoria reconocida y cumplir con la idoneidad establecida en los estándares internacionales.