Lunes 2 de noviembre de 2009, p. 32
Los obispos que presidan la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) deben trabajar en la formación de una Iglesia que enfrente el problema de la violencia generalizada, así como la corrupción, la impunidad y la falta de ética en los sectores empresarial, financiero y político, además de la ausencia de una base moral en la sociedad, expresó el obispo de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera López.
Sobre la renovación en la CEM, otras fuentes religiosas afirmaron que hasta ahora hay seis candidatos visibles a ocupar el puesto del actual presidente, Carlos Aguiar Retes.
Entre los más viables están el propio Aguiar Retes, quien podría relegirse; el cardenal José Francisco Robles Ortega, de Monterrey; el arzobispo Rogelio Cabrera López, de Tuxtla Gutiérrez, y el obispo Javier Navarro Rodríguez, de Zamora.
“El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, es un hombre en quien los señores obispos pueden pensar –porque la elección es abierta– para presidir la CEM, pero es uno más. No es el fuerte. Otro de los que se menciona es el cardenal Norberto Rivera, quien tiene cualidades, pero el episcopado no lo ha considerado como un religioso que pueda dirigir la conferencia”, detallaron fuentes que requirieron el anonimato.
Funcionarios de la Arquidiócesis de México señalaron que desde hace cuatro meses el cardenal Rivera les confió que no buscará la CEM. Sin embargo, aclararon, nada está escrito
.
El México que sufre hoy
Ante la renovación de la presidencia y cargos directivos de la CEM –que tendrá lugar durante su asamblea plenaria número 88, del 9 al 13 de este mes– Vera López consideró que los más de 100 obispos que participarán en la elección “lo que tenemos que hacer es pensar en el México que sufre hoy.
“La Iglesia tiene una misión que cumplir en este momento. Eso es lo que tenemos que tener enfrente de nosotros: quién nos puede animar, articular, promover, unir y ayudar a que nos organicemos como debe ser.
Esto no puede depender de un solo presidente. Va a depender de toda una visión que nosotros tengamos en la organización de las provincias eclesiásticas y en la organización de toda la conferencia
, señaló.
Manifestó vía telefónica que desde el Concilio Vaticano segundo existe una exigencia –que han venido reafirmando los obispos latinoamericanos y sus conferencias y que quedó muy claro
durante el encuentro de Aparecida– de ir a los alejados
.