Tegucigalpa, 31 de octubre. El presidente constitucional hondureño Manuel Zelaya declaró que a más tardar el próximo jueves 5 de noviembre debe ser restituido en el cargo, porque ese es el mandato del acuerdo de Tegucigalpa signado el viernes con el régimen de facto, y afirmó que su presidencia no está a discusión porque eso era algo inaceptable para nosotros.

Para el jueves deberá estar organizado el gobierno de unidad e instalado en sus funciones, y para ese día se tiene que tener resuelto el punto número cinco, que es la restitución de la presidencia, dijo el mandatario, quien se encuentra refugiado en la embajada de Brasil desde el 21 de septiembre.

Más aún, Zelaya aseveró que su restitución no está a discusión, contradiciendo lo expresado por los negociadores e incluso los funcionarios estadunidenses que impulsaron el acuerdo, que dijeron que el Congreso tiene libertad para decidir si restituye o no al mandatario constitucional.

Yo no acepté que se pusiera a discusión mi cargo ni mi nombramiento como presidente; eso era algo inaceptable para nosotros, afirmó. Precisó que en el Congreso no se va a discutir el cargo de presidente de la república, sino el hecho de poder retrotraer la titularidad del Poder Ejecutivo a sus autoridades legítimas.

Aseveró que este diálogo, las resoluciones de Naciones Unidas, sólo tienen un propósito, revertir el golpe de Estado colocando al presidente que fue destituido ilegalmente. Advirtió que si una de las fuerzas no acepta ese acuerdo, lógicamente no hay reconciliación y continúa el golpe de Estado.

El acuerdo establece que sea el Congreso Nacional el que debe definir si se restituye o no a Zelaya, y que la decisión de los diputados será acatada por las partes.

En tanto, la comisión negociadora zelayista y diputados que lo apoyan instaron hoy al Congreso Nacional a que se reúna el lunes para pronunciarse sobre la restitución del presidente, tras el acuerdo alcanzado con el régimen de facto de Roberto Micheletti.

Estamos haciendo un llamado al pueblo hondureño para que vayan a las casas de los diputados o los llamen por teléfono y pedirles que el lunes procedan a formar la sesión correspondiente, dijo Rasel Tomé, el asesor de Zelaya.

No les estamos pidiendo que se pronuncien por A o por B, sino que se pronuncien, dijo antes de agregar que un poder del Estado no puede poner pegas a otro poder del Estado. Tiene que actuar de forma racional. Dada la profunda crisis que viven los hondureños, acotó, el Congreso Nacional debe convocar de forma inmediata una sesión extraordinaria para dirimir este asunto.

Según el acuerdo alcanzado por las comisiones de Zelaya y Micheletti el viernes, el Congreso tiene que decidir si retrotrae la titularidad del Poder Ejecutivo a su estado previo al 28 de junio hasta la conclusión del actual periodo gubernamental, el 27 de enero de 2010. Es decir, si restituye a Zelaya en el poder del que fue expulsado por el golpe del 28 de junio.

Ambas comisiones negociadoras entregaron el pasado viernes el acuerdo denominado Tegucigalpa-San José-Diálogo de Guaymuras al Congreso para trámite.

El diputado zelayista Javier Hall Polio dijo que empezaron a presionar al Congreso para que convoque a sesión y se vote la restitución del mandatario y que si no se hace para este lunes van a llamar a sesión extraordinaria, en momentos en que el Legislativo se encuentra en receso y muchos diputados hacen campaña electoral.