Especialistas financieros del Global Scotiabank aseguraron que las medidas consideradas en la Ley de Ingresos, aprobadas por la Cámara de Diputados, tendrán impactos negativos en la economía. Por un lado significarán mayor inflación, menor consumo y crecimiento, alza en las tasas de interés y debilitamiento del peso. Por otro, continuará la dependencia de los ingresos petroleros y se mantendrá la fuerte inercia del gasto público.

A su vez, Banamex, filial mexicana del estadunidense Citi, consideró poco probable que el Senado modifique significativamente la Ley de Ingresos.

Francisco J. Gutiérrez y Marco A. Correa, expertos del Scotiabank, manifestaron: aunque el paquete de ingresos no es catastrófico (lo cual ya es una ventaja, considerando las condiciones legislativas actuales) y da cierta solución al problema presupuestal un año más, ni siquiera da entrada a una solución estructural que conduzca a una situación de estabilidad creciente en las finanzas públicas a mediano y largo plazos.

Señalaron que, en tanto, otras economías siguen avanzando en materia de competitividad estructural, lo cual resulta en un desgaste relativo de nuestra economía y se traducirá en el debilitamiento de nuestra moneda, advirtieron.

Es difícil que en lo que resta de la administración (del presidente Felipe Calderón), es decir, para los ejercicios 2011 o 2012, existan las condiciones políticas para que el Ejecutivo logre una mejora estructural de los ingresos tributarios; sin embargo, las autoridades perciben que con la actual legislación las finanzas públicas se mantendrán bajo control.

Explicaron que uno de los problemas que se mantienen vigentes es la fuerte inercia del gasto publico, debido a que hay muchos programas que a pesar de su poca efectividad económica y social se mantienen.

En ese sentido, expresaron, habrá que estar pendientes de las decisiones que se tomen en el Presupuesto de Egresos de la Federación, pues sería muy deseable un mayor recorte al gasto administrativo en todos los niveles (federal, estatal, municipal, Congreso, partidos e IFE, etcétera).

Los analistas estimaron que es muy probable que precios y tarifas públicas tengan que actualizarse para reducir subsidios y disminuir la carga sobre las finanzas públicas, lo que tendrá un impacto inflacionario adicional al proveniente de las modificaciones a los impuestos.

También un aumento a las contribuciones, como el IVA y el ISR, representa menor ingreso disponible y real para consumidores, trabajadores y empresas, lo que afectará de forma negativa los niveles de consumo y crecimiento de la actividad económica.

Indicaron que el paquete de ingresos no mejora la competitividad estructural de la economía, lo que sí ocurre en otras latitudes, por lo que a mediano y largo plazos deberá prevalecer una compensación por vía de la depreciación cambiaria, es decir, mientras la competitividad estructural de la economía no mejore al ritmo internacional, la moneda tenderá a devaluarse.