La Comisión Federal de Electricidad (CFE) realizará una evaluación técnica y de mercado muy detallada para determinar si la red de fibra óptica de la extinta Luz y Fuerza del Centro (LFC) está en condiciones de licitarse, señaló Rafael del Villar Aldrich. miembro de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel). El funcionario destacó que la empresa que dirige Alfredo Elías Ayub licitará más de un par de fibras en el concurso que prepara junto con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

En tanto, la CFE informó que el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) no le ha hecho entrega formal de la red de fibra óptica de LFC, por lo que no tiene información precisa sobre su dimensión, las condiciones en las que se encuentra y el uso que se le podría dar.

Fuentes de la comisión señalaron que en la zona de influencia de LFC existen alrededor de diez redes similares, por lo que en caso de que se le diera uso comercial ajeno al suministro de energía eléctrica, no sería el único oferente.

Precisó que no hay fecha establecida para que el SAE entregue la red de fibra óptica de LFC, así como otros activos que aún se encuentran bajo su resguardo, debido a que el primer mandato que la CFE tiene en este proceso es el de dar continuidad y garantizar la entrega de electricidad a los usuarios del organismo extinto.

Luego de participar en la conferencia Retos y estrategias para promover el crecimiento económico, convocada por el Banco de México, el comisionado Rafael del Villar Aldrich señaló que antes de decidir si la red de fibra óptica de LFC está en condiciones de licitarse y si es conveniente concesionarla, la CFE deberá hacer una evaluación detallada de las condiciones en las que se encuentra.

Añadió sobre el negocio de la fibra óptica que la CFE podría licitar más de un par de fibras de su red de 21 mil kilómetros, y no sólo un par, como se anunció en mayo pasado.

Explicó que no existe limitación para que la CFE coloque a disposición de los interesados dos o más pares de su fibra oscura, ya que las bases de licitación están en proceso a cargo de la paraestatal y de la SCT, con el propósito de que haya un tercer jugador en el mercado con miles de kilómetros de fibra a su disposición –después de la red de Teléfonos de México (Telmex) y de la CFE–, para dar los servicios de banda ancha, Internet, voz y video.

El plan era crear otra empresa

Los planes de introducir la red de fibra óptica de LFC al mercado de las telecomunicaciones tienen por lo menos un año, de acuerdo con lo que en su momento reveló el entonces director del organismo, Jorge Gutiérrez Vera, en el sentido de que para aprovechar esa infraestructura sería necesario crear una nueva empresa dedicada al negocio del triple play y para ello se requeriría inversión privada con un socio tecnológico nacional o extranjero.

En abril de 2008 el ex funcionario señaló que para avanzar con el proyecto de LFC primero se tendría que cumplir con las condiciones impuestas por la Cofetel y la SCT. Se trata de unos 45 requisitos que presuponen preparar un estudio de mercado, un análisis completo de los recursos con los que cuenta la empresa, posibles clientes y si vamos a hacer uso de la red que tenemos y la que tendremos.

Entonces detalló que también se tendría que analizar la posibilidad de aprovechar la infraestructura eléctrica para irnos a la técnica del Power Line Comunication (PLC), tecnología que está en etapa preliminar, ya que no está desarrollada al ciento por ciento y no creo que en este momento pudiéramos aplicarla.

Destacó que la integración de la nueva empresa sería indispensable, ya que el contrato colectivo de trabajo del Sindicato Mexicano de Electricistas limitaría realizar nuevas actividades.

El contrato tiene la cláusula 30, que establece que si queremos una mejoría cualitativa o cuantitativa del trabajo que desempeña cualquiera de los escalafones del sindicato, debemos revisar el escalafón de ese grupo de trabajadores, y en una empresa de telecomunicaciones que se basa en informática y telecomunicaciones los avances tecnológicos serían una limitación porque al cambiar de Windows a Windows XP o a Vista estaríamos revisando continuamente las condiciones de trabajo y no sería práctico. Con ese esquema, dijo, se tendría que constituir una empresa filial.