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Está por ejemplo la tesitura denunciatoria de los reportajes que airea Reporte Índigo (http://www.reportebrainmedia.com/), empresa de información que comanda Ramón Alberto Garza, quien durante una ya larga carrera periodística ha trabajado en ámbitos que hoy consideran su quehacer, precisamente, anatema: de la dirección editorial de periódicos como Reforma a una vicepresidencia ejecutiva nada menos que en Televisa. Y uno diría ah, otro de ésos, otro alecuije, otro amanuense de la derecha como el balbuceante Ferriz de Con. Pero muy al contrario: Reporte Índigo ha sido en los últimos años una piedra en el zapato de los abusos empresariales y gubernamentales, una agencia de noticias especializada en hacer reportajes de investigación cuyos resultados recolocan en buen sitio la frase “periodista en México”. Suyos son magníficos reportajes que sacan a la luz pública algunas de las páginas negras del gobierno y sus comparsas: estipendios, fraudes, conspiraciones y abusos. Allí, por ejemplo, la reciente revelación, a pesar de todas las trabas impuestas por diversos funcionarios, de las casas que la presidencia mantiene en secreto y con dinero público, sobre todo la casa Soledad Orozco viuda de Ávila Camacho, o mansión Ávila Camacho, un palacete de más de cinco mil metros de construcción que la Presidencia mantiene a todo tren y lujo en una propiedad de cinco hectáreas en La Herradura, y que se usa para fiestas privadas de grupo cercano al presidente en turno. Allí, en internet, la sobrecogedora revelación de otra agencia de noticias, ésta estadunidense y de índole más bien regional, llamada KREM2, y cuyo objeto de interés es el estado de Washington, en el oeste fronterizo con Canadá. Nunca la tele mexicana ventiló el asunto del equipo de analistas e informáticos contratados por el gobierno mexicano para desarrollar un software espía con que controlar la in formación bancaria de los ciudadanos, presuntamente para detectar principalmente entre funcionarios y policías a aquellos cuyos ingresos tuviesen incrementos súbitos posiblemente ligados a la delincuencia organizada; nada de que una vez que el programa empezó a arrojar resultados y en ello nombres de funcionarios del aparato judicial, los especialistas fueron víctimas de un muy mexicano operativo en que se les incautaron los equipos, se les puso en un avión a Estados Unidos y materialmente se les deportó (sin pagar por sus servicios)… nada, desde luego, de la vulneración del derecho a lo privado y nada acerca de la violación flagrante al secreto bancario, tan cacareado por el gobierno cuando se trata de ocultar trasiegos turbios de banqueros y funcionarios (http://www.krem.com/news/local/stories/krem2-083109-investigation-mexico-drug-cartel.1363bd752.html). Nada, tampoco, del magnífico documental del argentino Julián Alterini, Operación Pandemia (http://www.youtube.com/watch?v=gKwk8Kq8QXA), que mucho tiene que decir sobre la histeria colectiva de la fiebre porcina, y nada, en fin, de oscuros rinconcitos de las políticas nacional e internacional ante los que afortunadamente internet nos sigue funcionando lo mismo como cuña que como farola. Hágase la luz. |