Cuando Paul Hillier afirma que la voz humana es el instrumento más poderoso, el más sutil, sabe de lo que habla. No sólo por su condición de músico y académico especializado en canto coral, sino porque es un forma de expresión que ha puesto a prueba y con la cual ha experimentado en diferentes géneros, repertorios y épocas.

En su faceta de cantante, por ejemplo, lo mismo ha incursionado en el rock and roll y el pop –en los inicios de su carrera– que, dentro de la música de concierto, en los repertorios medieval, barroco, romántico, clásico, de vanguardia y contemporáneo.

En vísperas de lo que será su primer viaje a México para presentarse este sábado en el Festival Internacional Cervantino, al frente del ensamble vocal Theatre of Voices, el artista británico considera que la voz, dentro de la música, es un instrumento de capacidad muy amplia, casi ilimitada, en el sentido de que está disponible para todo tipo de experimentación.

Pero “se debe tener un sentido y un propósito expresivos, no sólo un afán de experimentar per se”, aclara en entrevista telefónica desde Dinamarca, donde reside y fundó esa agrupación.

Paul Hillier hace patente su interés hacia todo tipo de música y sostiene la convicción de que todo cantante debe estar siempre abierto a la posibilidad de explorar y utilizar la imaginación.

Eso explica porqué en términos personales y como director coral el rango de su repertorio es muy amplio, como lo demostrará en el par de conciertos que Theatre of de voices ofrece en Guanajuato.

Para su primera presentación hoy a las 20 horas en el Templo de la Valenciana, el programa consta de una sola obra, Stimmung, de Stockhausen (la versión Copenhague), la cual es descrita por Hilliers como obra monumental, no sólo por sus 70 minutos de duración, sino por su lenguaje y capacidad expresiva.

Es, puntualiza, una de las joyas del repertorio contemporáneo, no obstante que fue escrita hace más de cuatro décadas. Es para seis voces y representa un gran desafío, sobre todo en lo que concierne a aprender las técnicas vocales que requiere.

El segundo programa, mañana a las 12 horas en el mismo recinto, será el que mejor ejemplifique la forma de pensar y trabajar de Paul Hillier, pues la primera parte abarca música medieval y un homenaje a Luciano Berio; en la segunda, la agrupación hará el estreno en México de La pasión de la pequeña vendedora de cerillos.

Compuesta por David Lang, quien se hizo merecedor a un premio Pulitzer por ella, se trata de una partitura para cuatro cantantes y un percusionista en la que un popular cuento de Hans Christian Andersen se entremezcla con referencias a La pasión según San Mateo, de Bach.

Si bien no es una obra de esencia religiosa, sí puede sentirse en ella un profundo sentido humano, conmovedor, detalla el director coral y académico, quien para cerrar la charla equipara la música con la comida, pues en ambos mundos siempre hay algo que preferimos sobre lo demás, pero “seguimos probando otras cosas –o eso sería lo deseable– para ampliar nuestro gusto”.