Jueves 8 de octubre de 2009, p. a10
Nueva York, 7 de octubre. En los pasados días, el caso de los líos de faldas de David Letterman, el popular presentador de la cadena CBS, con mujeres que trabajan en su programa Late Show, ha acaparado la atención mediática en Estados Unidos, convirtiéndose en el nuevo capítulo de una serie de escándalos sexuales protagonizados, a excepción del locutor, por políticos.
Si Letterman optó por confesarse en público desde su programa, en el que pidió perdón a su mujer, las mismas escenas se vieron meses atrás con, por ejemplo, el gobernador de Carolina del Sur, el republicano Mark Sanford.
Asimismo, en el verano del año pasado, los medios se hacían eco del amorío del candidato presidencial demócrata John Edwards, quien también hizo la confesión en una entrevista en la cadena ABC News.
Algo que gusta
Parece ser que las confesiones por televisión y pedir perdón públicamente por asuntos sexuales no es algo fuera de lo común en Estados Unidos. La gente espera una disculpa, quiere ver también cómo la persona se disculpa, si llora o no, cómo pide perdón a su mujer
, explicó Martin Johnson, profesor de políticas de la Universidad de California aunque dice que el caso de Letterman es muy diferente
al protagonizado por políticos.
Sobre los escándalos sexuales de políticos, Johnson opina que tratan de “la hipocresía. Históricamente en Estados Unidos la gran mayoría tiene valores cristianos y hay mucha gente que cree en Dios. Los asuntos morales son muy importantes.
Los votantes ven en estos escándalos políticos este lado hipócrita
, valora Johnson. Por un lado, atrae en estos casos la cuestión del sexo y, por otro, las implicaciones que tienen las aventuras amorosas en las obligaciones de los políticos.