Espectáculos
Ver día anteriorJueves 8 de octubre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El realizador oaxaqueño presentó su película en competencia en el festival de Morelia

Norteado busca contar cómo emigran los sentimientos, afirma Perezcano

Proyectan La redada de mayo, de los periodistas Greg Brosnan y Jennifer Szymaszek

Aborda la detención y deportación de indocumentados en Postville, Iowa, en 2008

Foto
Fotograma de Norteado
Enviado
Periódico La Jornada
Jueves 8 de octubre de 2009, p. a10

Morelia, Mich., 7 de octubre. El tema de la migración ya está muy tratado en todo el mundo, argumentó el oaxaqueño Rigoberto Perezcano. Sostuvo que Norteado, su primer largometraje de ficción, el cual presentó en competencia en el séptimo Festival Internacional de Cine de Morelia, no es una cinta más sobre esto, ya de por sí drama, sino una historia de humor sobre esos momentos en los que el mexicano disfruta de su propia tragedia.

Norteado, producida por Edgar San Juan (coguionista del filme junto con Perezcano, director del documental XV en Zaachila), es la primera película mexicana que recibe el apoyo de Cine en Construcción, reconocimiento que otorga el festival de San Sebastián para proyectos en posproducción. Triunfó entre 63 cintas que peleaban ese soporte el año pasado; la presentó en Donostia en su edición pasada, así como en el encuentro de Toronto, hace unas semanas. La esperan otros festivales y, además, ya tiene distribución asegurada en México y España, por Mantarraya y Alta Films, respectivamente.

En la película, Andrés (interpretado por Harold Torres) llega a la frontera, a Tijuana. Luego de algunos intentos fallidos por cruzar al otro lado, y en la incertidumbre de cómo hacerlo, descubre no sólo la ciudad que lo adopta, sino otros conceptos de migración, como el que tiene que ver con los sentimientos. Es una historia lúdica enmarcada en ese fenómeno.

“Quisimos decir cómo emigran los sentimientos –afirmó el cineasta–, cómo son las relaciones humanas de los que se quieren ir, el estar lejos de su tierra y el encuentro con dos personajes femeninos, también afectados por la pérdida de un compañero que se fue al otro lado. En esos momentos es cuando comienza un viacrucis sentimental. Era necesario contarlo con humor, sin dejar de ser respetuosos. Creímos que de esa forma se revaloraría el tema”, dijo Perezcano.

La estructura dramática de la cinta comienza como un documental y luego se convierte en ficción, comentó el director.

“Desde que hice XV en Zaachila me gusta estar en el límite; en lo profundo y lo ridículo, y Norteado tiene eso: profundidad, respeto y humor involuntario. Queríamos hacer un acercamiento real, lo que sucede en los primeros minutos, los más difíciles de la historia, los que nos permiten hablar del drama, para luego convertirse en algo más divertido.”

Una visión más sobre el tema

Otra historia, que no tiene nada que ver con aspectos divertidos de la migración. es el mediometraje documental La redada de mayo (también presentada en este encuentro de Morelia), de los periodistas Greg Brosnan y Jennifer Szymaszek, quienes, luego de ver una nota publicada en las páginas de La Jornada el 19 de mayo de 2008, decidieron mostrar las secuelas del desastre de la mayor redada de indocumentados en Estados Unidos.

Según la nota de David Brooks, el 12 de mayo de ese año varios helicópteros llegaron al pueblito de Postville, Iowa (de unos 2 mil habitantes). Por tierra, unos 200 agentes federales uniformados y armados comenzaron una redada en la fábrica del lugar, donde trabajaban cientos de indocumentados, quienes trataron de huir en medio del pánico, mientras se tendía un cerco. A los detenidos se les acusó de criminales. En la acción se detuvo a 389 personas –290 guatemaltecos, 93 mexicanos, dos israelíes y cuatro ucranianos–, en lo que autoridades estadunidenses consideran la redada más grande en materia de migración en un solo sitio.

Los documentalistas fueron a Postville y a los dos pueblos de Guatemala de donde era la gente detenida y deportada. Nos pedían que habláramos y viéramos a sus parientes. Como corresponsal de la agencia Reuters, durante tres años y medio que he estado en Guatemala he cubierto tragedias, ocasionadas por inundaciones o deslaves, pero no una como la que provocó la deportación: dejó sin dinero a los pueblos. Si se construía una casa era con fondos de Postville; lo mismo ocurría con un bautizo o un funeral. Entonces, cuando se rompió esa conexión, todo el pueblo se cayó, así como cuando cerraron la fábrica, porque ya no había migrantes. No tenemos derecho a decir: está mal la política migratoria de Estados Unidos. Simplemente se trata de mostrar un poquito la realidad, sobre todo en la etapa de George W. Bush.

Cuando acabó la remesa de Postville a esos pueblos de Guatemala, se cortó el cordón económico hacia una de las regiones más pobres del continente.

Con este trabajo se demuestra una vez más, a decir de Brosnan, que los migrantes no van a robar trabajo a los estadunidenses o a hacerse ricos: van por salvarle la vida a su madre, para comprar medicina contra su cáncer, o para la prótesis del pie de su papá.