El presidente Felipe Calderón aseguró que México ha podido sortear la tormenta perfecta que representó la crisis económica, pero como eso es insuficiente demandó altura de miras del Congreso de la Unión para avanzar en una agenda de reformas estructurales.

En la residencia oficial de Los Pinos, el michoacano inauguró este martes el foro Después de la tormenta: retomando la agenda de crecimiento, organizado por la revista The Economist.

Ahí, reiteró que hay indicadores económicos positivos, como la recuperación de 61 mil empleos formales en septiembre, para sumar 126 mil en lo que va del año.

Insistió en que su paquete fiscal, el cual prevé generalizar el cobro de un nuevo impuesto de 2 por ciento, es adecuado para resolver el problema de las finanzas públicas y para que el gobierno tenga un compromiso mayor en favor del combate a la pobreza.

Al defender su propuesta fiscal, expuso que las finanzas públicas han registrado el mayor golpe en las últimas tres décadas y mencionó que en 1995 la caída de la recaudación fue menor y no ocurrió un derrumbe de la producción petrolera como el actual.

En su exposición, el jefe del Ejecutivo se quejó de que su paquete de reformas estructurales ha pasado desapercibido por el peso intrínseco que tiene la valoración del paquete económico.

Abogó por la aprobación de una ambiciosa agenda de reformas en materia energética, laboral y de telecomunicaciones, entre otras, con la promesa de que permitirán incrementar la competitividad, acelerar el crecimiento y alcanzar mayores niveles de desarrollo.

Argumentó que el efecto inercial de la economía mexicana; es decir, la recuperación del ritmo de actividad, no será suficiente para alcanzar las metas propuestas de crecimiento y desarrollo humano.

Antes, dijo que la reforma fiscal de 2007 permitió que México pudiera sortear la tormenta perfecta, término acuñado por los especialistas para definir la conjunción de fenómenos que generó una situación prácticamente inmanejable durante la crisis económica.

Tras advertir que México salió ampliamente afectado por esta crisis, Calderón sostuvo que era imposible evitarla. Vaya ni la Reserva Federal ni el Tesoro de Estados Unidos pudieron, y eso que fabrican ellos los dólares y nosotros no. Sabíamos que era imposible.

Justine Thody, directora regional para América Latina de la Economist Intelligence Unit, consideró que México es un mercado emergente atractivo y tiene una relación privilegiada con Estados Unidos, pero eso no será suficiente para lograr los ritmos de crecimiento que necesita para enfrentar sus enormes desafíos sociales, capitalizar su envidiable bono demográfico y fortalecer los motores internos de crecimiento económico.

Recomendó a Calderón aumentar las ventas al mercado estadunidense, subir la cadena de valor agregado y redoblar esfuerzos por diversificar sus mercados de exportaciones.