Organizaciones no gubernamentales denunciaron que a raíz del asesinato de una mujer e intento de otro homicidio en Saltillo, Coahuila, se ha detonado una campaña xenofóbica en contra de los migrantes, ya que desde diversos foros se ha manifestado, sin sustento, que todos ellos son probables delincuentes y se cree que la solución es expulsarlos de la ciudad.

En un comunicado en el que rechazó toda estigmatización y criminalización del flujo migratorio, la Posada del Migrante Belén llamó a las autoridades de justicia local a llegar al fondo de las investigaciones –con seriedad profesional y en estricto apego a la verdad– del asesinato que, se ha señalado, cometió un ciudadano migrante de origen hondureño.

Hizo además un llamado general a emprender una reflexión más profunda para que reconozcamos que, desafortunadamente, existen mexicanos que cometen graves delitos en Estados Unidos y, bajo esa lógica, se tendría que deportar a los 12 millones de mexicanos y mexicanas que viven y trabajan en ese país. Acto que sería totalmente injusto para quienes se esfuerzan por salir adelante todos los días.

La Posada, que preside el presbítero Pedro Pantoja Arreola, argumentó en su documento que los migrantes son parte de un movimiento mundial de los países más empobrecidos y que, como signo actual e histórico, buscan ser recibidos en las naciones con posibilidades económicas de trabajo para conseguir el sustento necesario y dar a su familia una vida digna.

No salieron para dañar la vida y las instituciones de otros países. Quieren caminar en busca de una esperanza, porque su pueblo empobrecido sólo les da miseria y abandono. Nuestro trabajo cotidiano de defensa y promoción de los derechos humanos de las personas migrantes en tránsito por México tiene como sustento una práctica mundial humanitaria, derivada de instrumentos y documentos internacionales que humanizan esta situación tan dolorosa, detalló.

Pantoja Arreola ha denunciado en diferentes foros que los migrantes, a su paso por el territorio nacional en busca de cruzar la frontera con Estados Unidos, además de padecer agresiones se han convertido en objeto de secuestro.

Se trata de un delito, mencionó, en el que las víctimas han señalado que participan autoridades de los tres órdenes de gobierno y grupos del crimen organizado, así como migrantes, cada vez en número ascendente.