La Coalición pro Defensa del Migrante pidió a autoridades de Estados Unidos reconsiderar el uso de balas expansivas en la frontera con México, debido al daño mayor que provocan en el cuerpo y por lo cual su utilización fue prohibida en conflictos bélicos.

Recordó que el pasado 22 de septiembre se suscitó un incidente en la garita de San Isidro, donde agentes federales de Estados Unidos dispararon contra camionetas que transportaban a presuntos indocumentados, cuando los conductores intentaron evadir la revisión. Como resultado del tiroteo, dos personas fueron heridas.

Agregó que los hechos aún están bajo investigación y se debe aclarar si la reacción fue desmesurada. Pero más allá de ello, refirió que el incidente suscitó una serie de interrogantes, incluso en torno a la clara y amplia posibilidad de que las balas impactaran contra los pasajeros, quienes no atacaron ni amenazaron a los agentes.

Sobre este punto, la coalición informó que envió una carta al representante especial del Departamento de Seguridad Interna para asuntos fronterizos, Alan Bersin, y al jefe de Aduanas y Protección Fronteriza, Mike Fischer, en la que manifiesta su preocupación por el hecho de que los patrulleros y los agentes de aduanas siguen armados con pistolas que disparan balas expansivas (también conocidas como balas chatas).

Explicó que dichas municiones se expanden dentro del cuerpo, al contrario de las balas puntiagudas, las cuales tienden a atravesarlo y causan un menor daño. Consideró cuestionable que estas balas se utilicen en la frontera, cuando su empleo en conflictos bélicos fue prohibido por la convención de La Haya de 1899.

La agrupación recordó que en repetidas ocasiones se ha solicitado a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) abordar el tema en las reuniones binacionales México-Estados Unidos, pero todo parece indicar que no lo ha hecho.

Por otra parte, señaló que en los pasados dos meses se ha registrado un uso excesivo y hasta gratuito de fuerza contra los migrantes, por parte de agentes estadunidenses asignados al área de playas. Testimonios de los indocumentados refieren que atropellan a las personas de manera deliberada con sus automóviles y motocicletas, para detenerlos, en lugar de perseguirlos a pie.

Refirió que connacionales deportados que han sido recibidos por el Instituto Nacional de Migración, presentan huesos rotos y señales de las llantas en la piel y en sus ropas.

La coalición se preguntó si el crecimiento en el número de agentes estadunidenses asignado a la frontera, exacerba el uso de la fuerza, dado que se ha rebasado la capacidad de entrenamiento y supervisión de los nuevos elementos.