Desde zonas marginadas de Puebla y Oaxaca hay envíos de 3 mil a 6 mil pesos mensuales
Domingo 4 de octubre de 2009, p. 26
En lugar de recibir remesas, familias que habitan en zonas de alta marginación están enviando dinero a sus parientes en Estados Unidos que han quedado desempleados, para ayudarlos a sortear la crisis económica y evitar así que retornen a México, advirtió Martín Zuvire, director del sistema de microbancos rurales de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS).
Precisó que la organización comenzó a detectar dicho fenómeno desde hace cuatro meses en algunas de las sucursales bancarias que tiene, principalmente en comunidades de las zonas serranas de Oaxaca y Puebla, y aunque todavía no se ha generalizado, consideró que es una tendencia creciente.
Los microbancos rurales de la AMUCSS dan servicio a 550 comunidades rurales, la mayoría indígenas, ubicadas en el sureste de México donde es constante la expulsión de trabajadores hacia Estados Unidos y la llegada de remesas, pero ahora ante la caída de éstas se ha invertido el sentido de los envíos de dinero pues las familias de los migrantes les mandan entre 3 mil y 6 mil pesos mensuales para que puedan mantenerse allá mientras consiguen otro trabajo.
Nosotros calculamos que las remesas han caído hasta 30 por ciento donde operamos. Es ahí donde realmente se ha visto el mayor impacto de la crisis para esas comunidades donde nosotros trabajamos porque son muy apartadas, donde no existen grandes oportunidades productivas o de empleo y entonces la gente migra hacia las ciudades o regiones del país o para Estados Unidos
, comentó en entrevista.
Aún así, explicó que dado que se tata de comunidades y familias que han vivido en crisis permanente
, están mucho más entrenadas para resistir la actual recesión en comparación con los habitantes de las zonas urbanas o la clase media y por eso llegan a enviarles dinero a sus familiares en Estados Unidos.
Pero además, abundó, les resulta mucho más barato enviarles una parte del dinero que consiguen en México que pagar su regreso, ya que puede resultar tan caro como lo que desembolsaron a los polleros para que los ayudaran a cruzar de manera ilegal la frontera.
Otra es la situación de los migrantes internos puesto que, pese a la pobreza que padecen, las comunidades y familias los acogen nuevamente si han perdido el empleo que tenían en alguna otra región de México.
Son lugares con una economía de resistencia, donde persiste la agricultura de autoconsumo, por lo que los migrantes que no salieron del país regresan porque es un lugar de seguridad porque no podrían sobrevivir fuera sin un empleo, aun cuando no generan un ingreso, están con la familia y realizan alguna actividad
, expresó Martín Zuvire.
Cuestionado sobre cómo pueden obtener ingresos extras las familias que padecen alta marginación, el especialista mencionó que por su misma situación están acostumbrados a ahorrar en previsión de peores situaciones o bien consiguen préstamos familiares.