Un sorteo te puede cambiar la vida de un día para otro
Sábado 3 de octubre de 2009, p. a17
La vida puede dar un vuelco repentino con los juegos de azar. Un día es ilusión y al otro cae un balde de agua helada y ya no se sabe ni qué hacer. Hay llanto, euforia, nervios y la incertidumbre de qué se hará en adelante una vez cumplido el sueño de casi todo mundo: hacerse millonario.
Así llegan los tocados por la fortuna a cobrar sus premios, relata Adolfo Blanco Tatto, director general de Pronósticos para la Asistencia Pública, quien comparte algunos momentos que revelan los caprichos del azar y la responsabilidad que involucra a la institución que conduce.
Un día un señor gana uno de los sorteos y acude a cobrar el premio. Está conmocionado, no sabe cómo reaccionar. Después de algunas horas se tranquiliza y trata de asimilar los alcances de su golpe de suerte y pregunta: ¿Ustedes creen que con este dinero ya me pueda jubilar?
La bolsa que había ganado era de muchos millones de pesos, recuerda Blanco y relata: Le recomendamos que no hiciera tanto escándalo con su lana porque puede ser peligroso para la integridad de su familia
.
En otra ocasión –continúa– un joven estudiante universitario decidió dar otro uso a un dinero que tenía destinado para comprar material escolar y lo gastó en un sorteo –es sólo una anécdota, no lo vayan a hacer
, advierte Blanco–. Ganó millones de pesos, por lo que le aconsejaron no dilapidar su fortuna.
A los tres meses, el director de Pronósticos volvió a encontrarse al universitario, ahora convertido en millonario, pero observó lleno de sorpresa que seguía siendo aquel joven sencillo que un día acudió a reclamar una cuantiosa bolsa producto del sorteo.
“El cuate iba de huaraches, con mezclilla, una playera hermosa de las que hacen los indígenas mexicanos y morral en mano. Me volteó a ver, como diciendo: Estoy cumpliendo con las recomendaciones que me hicieron, ¿o no? Guardó el dinero pero no andaba en coches de lujo, siguió conservando su estatus de gente sencilla.
Pronósticos no recibe recursos del Congreso ni de los impuestos que pagan los mexicanos, sino que genera los propios, alrededor de 2 mil millones de pesos al año, pero la pobreza en este país es inmensa. En este momento yo soy un promotor de la iniciativa del presidente Felipe Calderón de 2 por ciento, para ayudar a quien lo necesita
, finalizó.