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Lula da Silva, en enfrentamiento amigable con Obama por la primera justa en Sudamérica

Tensión y poder preceden la elección de sede para los JO 2016

Sí podemos hacerlo, hemos tenido un mágico crecimiento económico, expuso el mandatario brasileño

Michelle, la primera dama de Estados Unidos, adelantó la labor de cabildeo en una ronda de lobby

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José Luis Rodríguez ZapateroFoto Ap
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Yukio HatoyamaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 2 de octubre de 2009, p. a21

Copenhague, 1º de octubre. Este jueves, Chicago, Río de Janeiro, Madrid y Tokio quemaban sus últimos cartuchos en Copenhague para inclinar la balanza en su favor, un día antes de que los delegados del Comité Olímpico Internacional (COI) voten para decidir quién organizará los juegos de 2016.

La tensión y el poder marcaron la jornada en esta ciudad convertida en el centro del mundo en plena recta final en la lucha por ganar la sede olímpica.

Mientras Barack Obama llamaba desde la Casa Blanca a miembros del COI y les pedía consejos, su esposa Michelle, ya en Dinamarca, se tomaba muy en serio su papel de ariete de Chicago.

La primera dama de Estados Unidos se sumergió en una ronda de lobby, que vio también específicamente activos al jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, al rey de España, Juan Carlos I, ambos intentando añadir votos en favor de Madrid, mientras el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, volvió a recurrir al famoso eslogan de la campaña electoral de su par estadunidense, Obama, para defender a Río de Janeiro: “Sí, podemos.

Esta vez miramos al mundo y decimos: Sí, se puede, podemos hacerlo, dijo el presidente brasileño, agregando que el mágico crecimiento económico de su nación y los pocos efectos de la recesión que padece lo hacen el principal candidato.

La palabra final que deseamos oír de los miembros del COI es sobre el futuro de Brasil y de Río”, declaró Lula a periodistas.

Grata impresión

Fue una reunión fantástica, es una mujer impresionante, comentó el uruguayo Julio Maglione, miembro del COI, quien compartió con el mexicano Mario Vázquez Raña y otros miembros latinoamericanos una reunión con Michelle Obama, quien fue aclamada en el trayecto al almuerzo que para los mandatarios ofreció la reina Margarita de Dinamarca.

Mientras la candidatura de Tokio ofrecía una imagen de derrotada, las chispas saltaban entre Río de Janeiro y Madrid, tras conocerse las declaraciones poco diplomáticas de José María Odriozola, vicepresidente del Comité Olímpico Español, al señalar a la brasileña como la peor candidatura.

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Barack ObamaFoto Ap
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Luiz Inacio Lula da SilvaFoto Ap

Estados Unidos, Japón y España recibieron duros golpes por la crisis económica internacional, en tanto que el país sudamericano la sufrió poco y creció más este año tras salir de una leve recesión.

Brasil es el único entre las 10 economías más grandes que no ha organizado unos Juegos Olímpicos. Queremos demostrar que está en una posición mejor que otros países desarrollados, anotó Lula da Silva, quien defiende también la primera sede olímpica en Sudamérica.

Imaginar hace tiempo que un presidente brasileño pudiera torcerle el brazo al estadunidense habría causado risa, pero el duelo indirecto que tendrán mañana Obama y Da Silva es serio, pues ambos apelarán a todo su poder de seducción y a mover los resortes más íntimos de 97 personas que por un día se sentirán poderosas.

El mismo Obama se pregunta desde hace días qué hacer para agradar a los miembros del COI.

Sin complejos, Lula y Brasil siguen adelante con una política exterior autónoma basada en el interés nacional, inclusive si con ella incomoda a Obama, con el que habla con frecuencia y mantiene una buena relación.

En ese contexto, mañana se sabrá si la visita relámpago de Obama a Copenhague neutraliza los años de lobby que ha ejercido Lula con los miembros del COI.

Obama llegará con el mérito de ser el primer presidente estadunidense en la historia que defiende una candidatura olímpica ante el COI, pero nadie sabe si será suficiente, si en los pocos minutos que le toque hablar su carismática reconocida oratoria logrará cambiar el destino de los votos.

Entre tanta expectación en torno a los candidatos fuertes, casi ignorados, pasaron los argumentos de Tokio, cuyo gobernador, Shintaro Ishira, advirtió que “estos pueden ser los últimos (juegos) para la humanidad.

Tokio piensa hacer todo lo posible por crear las mejores condiciones para los atletas en términos medioambientales. El calentamiento global está empeorando. Los científicos dicen que la Tierra ha cruzado un punto de no retorno, apuntó el dirigente asiático.