Ya en funciones de encargada del despacho de la jefatura delegacional de Iztapalapa, Clara Brugada Molina declaró cerrado el ciclo en que se cumple la voluntad popular y se propuso mostrar al PAN cómo se gobierna con la gente; adelantó que reducirá su sueldo a la mitad y arengó a más de 2 mil simpatizantes reunidos en la explanada delegacional a que nos levantemos como pueblo para comenzar a luchar por el agua. Digamos ya basta. No es justo que en Miguel Hidalgo se distribuyan 160 litros de agua por persona al día, mientras que en Iztapalapa 160 mil habitantes recibimos agua solamente una vez por semana, señaló.

Una vez que el delegado Rafael Acosta Ángeles, Juanito, presentó su licencia por 59 días para separarse del cargo, Brugada encabezó su primer acto al frente de la delegación acompañada por el senador Pablo Gómez Álvarez –de quien es suplente en el Senado–, el secretario de Desarrollo Social, Martí Batres, y la diputada federal del PT Laura Itzel Castillo, en representación del gobierno legítimo de México. Adelantó que por la noche realizaría su primer salida a la colonia más pobre de la demarcación: Lomas del Paraíso, para comenzar a elaborar el primer plan de trabajo comunitario, con lo que dará el sello de su gobierno.

Dijo además que su programa de desarrollo social delegacional será modelo de la izquierda, donde todos los adultos mayores de 65 años reciban un apoyo; se impulsará el programa de jóvenes más grande de la ciudad y la cultura será un eje prioritario.

Antes, al asistir a la sesión de la Asamblea Legislativa en la que los delegados rindieron protesta, dijo en entrevista que Juanito demostró su valentía al pueblo de Iztapalapa que creyó en él, y estamos seguros de que nos dejará el camino libre para gobernar los siguientes tres años.

Por la mañana, en su último día como delegado electo de Iztapalapa, y animado por los reflectores que desde temprano tuvo en la entrada del hotel donde se hospedaba, Rafael Acosta, Juanito, se notaba visiblemente nervioso. Desayunó como acostumbra, pese a los problemas de salud que dice tener.

Vestido de traje oscuro, con la clásica cinta tricolor atada a la cabeza, concedió entrevistas. Habló de los espacios ganados para su equipo de trabajo en la delegación que desde ayer encabeza Brugada.

Pese a decir que llegaría a pie a la Asamblea Legislativa, abordó la camioneta Durango que en los últimos días lo trasladó a los diferentes actos que organizaba o a los que era invitado. Calles antes se bajó para entrar por la puerta principal al edificio de Donceles y Allende, en medio de rechiflas a favor y en contra, se dirigió al salón de plenos.

Al terminar el acto, tras una larga espera, el vehículo partió sin Rafael Acosta, a quien nadie vio salir del recinto.